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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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Se volvieron “adictos” al agua y ganan siempre

Ramiro, Mario y Alberto, tres campeones nacionales, se acercaron a la natación por salud. Ahora proyectan ir a Arequipa.
Se volvieron “adictos” al agua y ganan siempre


Descubrieron la natación por azares de la vida. Se acercaron al agua para mejorar su salud más que por un gusto fuerte hacia el nado en sí mismo. Y así se generó la “adicción”, esa relación de dependencia imposible de desarticularse y que los tres consideran como sana, motivadora, constructiva.

Ramiro Soliz, Mario Machicado y Alberto Tezanos, tres múltiples campeones de natación (si pusiéramos de un lado de la balanza todas las medallas que cosecharon en sus carreras, se formaría un bloque pesado) del club Victoria, se asumen como adictos. Sí. Y que la palabra no cause susto.

Se declaran de ese modo, con absoluto orgullo, porque en el agua hallaron otra razón más para mantener la pasión despierta y el corazón sano.

Mario tiene 80 años. Luego de jubilarse de su cargo como gerente de una empresa de refrescos muy conocida, a los 65 años, comenzó a leer e informarse sobre los deportes que ayudan a la salud y que no producen desgaste. Se dio de frente, entonces, con la natación, práctica de la que no piensa despegarse.

“Comenzaba a trabajar a las 6:00 y lo hacía hasta las 20:00 o 21:00. Si tuviera que elegir una frase, diría: ‘mente sana en cuerpo sano’. Está todo dicho ahí. Es un deporte completo”, resume el bañista, que en el Nacional Master que terminó hace unos días en el centro acuático municipal se colgó siete medallas de oro.

“Me siento sumamente satisfecho”, aclara el nadador, que, además, es el vicepresidente y fundador del club Victoria.

Ramiro, parte de la directiva de la institución, era basquetbolista en su juventud. De hecho, en algún momento llegó a formar parte del combinado nacional. Hace cinco años se aproximó a la natación. No tenía base alguna, por lo que prácticamente estaba acostumbrado a que lo vencieran en cualquier competencia. Ahora todo ha cambiado.

“No sabía nadar. Ahora estoy compitiendo y doy pelea en mi categoría (60-65 años). Antes me ganaban con media piscina. Ahora ya no”, confiesa el atleta, que consiguió un disco de oro en postas y otros tres de plata en el reciente Nacional.

Alberto (de 66 años) dice haber “abrazado” la piscina tras reponerse de un problema coronario. Lo que empezó como una alternativa para su calidad de vida tomó un tinte pasional para él. “No es un vicio, sino una adicción el hecho de estar siempre en el agua”.