Se trataba de un secreto a voces por la coyuntura del conflicto bélico entre Rusia y Ucrania. Finalmente, la UEFA ha decidido hoy viernes mudar la final de la Champions League de este año, de San Petersburgo al Stade de France de París. El cotejo está programado para el 28 de mayo.

Según adelantó el diario AS de Madrid, España, Alemania, Inglaterra y Francia eran los candidatos para acoger el duelo cumbre del torneo de clubes más importante del Viejo Continente.

Una sede que parecía tomar fuerza en la carrera era Wembley. El mítico escenario londinense, donde Inglaterra ganó su primera y hasta ahora única Copa del Mundo de la historia en 1966, ya había acogido las finales de 1992, 2013 y 2015. Sin embargo, esta posibilidad quedó descartada porque en las mismas fechas se desarrollará la fase de ascenso de la Championship (segunda división) a la Premier League.

Terminó prevaleciendo la opción de la capital francesa por las gestiones de su presidente Emmanuel Macron, a quien la UEFA le agradeció "su apoyo personal y su compromiso para que el partido más prestigioso del fútbol europeo de clubes se traslade a Francia en un momento de crisis sin precedentes".