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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 20:20

Torrico: “Mi papá tiene 87 años y mi mamá, 86... Yo los cuido”

El portero del Celeste toma todos los cuidados para que sus padres no se expongan. Le inquieta la inestabilidad económica que vendrá, pues deberá cubrir un crédito que sacó mediante una de sus hermanas.

David Torrico, arquero de Aurora. DAVID TORRICO
David Torrico, arquero de Aurora. DAVID TORRICO
Torrico: “Mi papá tiene 87 años y mi mamá, 86... Yo los cuido”

La situación de los jugadores de Aurora es particular. Ante la posibilidad de que les toquen los bolsillos como medida extrema para sobrellevar la crisis general, los futbolistas del Celeste se encuentran en un escenario en desventaja. No cobran primas, tienen contratos de 10 meses (no de 11 o 12, como en otros clubes) y sus salarios son más terrenales que extraordinarios.

El portero David Torrico, que defiende los colores del Equipo del Pueblo, está preocupado, puesto que mantiene una deuda con el banco. La incertidumbre en torno a la economía del país lo intranquiliza. Además de ello, debe estar muy pendiente de la salud y el bienestar de sus padres Joel, de 87 años, y Marcelina, de 86, con quienes vive en la zona de Temporal.

David, el menor de ocho hermanos (33 años), sabe que lo primordial en este momento adverso es que a sus papás no les falte nada, aunque, claro, le desconcierta pensar qué ocurrirá con su salario en Aurora. “Si fuera por dinero, me iba a jugar al Nacional B y ganaba el triple”, sostiene, no sin antes dejar en claro que eligió ser parte del elenco cochabambino por “amor a la camiseta”.  

 P: ¿Cómo sobrellevas este momento en el que se junta la preocupación por todo?

R: Ahí estamos, en casa, trabajando mediante la aplicación de Zoom, esperando que la Federación (Boliviana de Fútbol, FBF) se reúna para ver qué pasará. Tenemos contrato hasta fin de año y eso, ¿quién nos respeta? Aurora es una de las plantillas más bajas del fútbol local. Bajar alguna cosa sería complicado.

P: Sus sueldos no son exorbitantes…

R: Eso es lo complicado. Como grupo vamos a tratar de hablar entre nosotros para ver qué posición asumir. Ya renunciamos a muchas cosas, no tenemos primas, por ejemplo. Estamos por amor a la camiseta. Si fuera por dinero, me iba a jugar al Nacional B y ganaba el triple. Algunos van a  preferir estar en sus casas, más tranquilos, que estar gastando dinero en alquileres.

P: Generalmente, los jugadores de afuera, más que nada, rentan departamentos, ¿es tu caso?

R: Gracias a Dios tengo mi casa. Ahí vivo con mis padres. Por el momento, estoy medianamente bien. También hay que tomar en cuenta que mis papás son de la tercera edad. Mi papá tiene 87 años y mi mama, 86. Yo los tengo que cuidar junto a mi familia. Las vidas de ellos son importantes. Uno todavía, como es joven, se puede curar, pero a los mayores los ataca más (el coronavirus). Mis hermanos viven atrás y nos turnamos para ir al mercado. Tomamos las medidas que corresponden. Vamos a comprar con barbijos y guantes, para luego desinfectarnos. Antes de entrar a casa, siempre desinfectamos las bolsas.

Yo creo que esto nos va a cambiar los hábitos a todos. Esta enfermedad ataca sin importar que cuentes con millones o nada. No discrimina. Estoy preocupado porque uno saca préstamos del banco a nombre del hermano o hermana. A un jugador no quieren dárselo. No solo es mi caso. Varios futbolistas piden préstamos mediante sus mamás o sus esposas. Hay que cumplir. Estoy con deuda. Aunque sean seis meses (de espera), igual, ¿de dónde vamos a sacar (efectivo)? ¿Qué pasa si se suspende el campeonato? No podremos pagar las deudas. Es una preocupación grande.

P: ¿Todo eso te estresa o tratas de controlar la cabeza?

R: Sí, bueno, estresado, no tanto. Uno confía en Dios. Hay que estar con la familia. Mientras haya fuerza y salud, todo se puede.