Opinión Bolivia

  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
  • Actualizado 22:24

El tirador Knijnenburg se acercó más al Divino Niño, superó el dengue y ayuda silenciosamente

El cruceño, medallista internacional, se encuentra en paz y asegura que todo pasa por la fuerza de la mente. Optó por alejarse de las redes sociales para evitar “contaminarse” con información negativa.
El tirador Rudolf Knijnenburg, en su visita al Divino Niño
Crédito: Rudolf Knijnenburg
El tirador Rudolf Knijnenburg, en su visita al Divino Niño Crédito: Rudolf Knijnenburg
El tirador Knijnenburg se acercó más al Divino Niño, superó el dengue y ayuda silenciosamente

Rudolf Knijnenburg no esconde su devoción por el Divino Niño. Es más, siente un cariño particular por él y está convencido de que la paz interior que experimenta en momentos tan difíciles como los actuales se deben mucho al acercamiento que tuvo con el santo, hace pocas semanas.

El cruceño, múltiple medallista internacional en tiro deportivo, le confesó a OPINIÓN que nada lo derrumba. Ni siquiera el bombardeo invasivo de las informaciones que circulan en las redes sociales, epicentro donde se generan fake news (noticias falsas) y del que el deportista de élite prefirió tomar distancia absoluta para no dejarse condicionar anímica ni mentalmente con los datos sobre el coronavirus.

“Tuve un deseo, una necesidad, algo me decía que debía ir a ver al Divino Niño. Y fui. Y el primer caso de coronavirus se dio, precisamente, en San Carlos, una semana después de haber ido. Me llamó. Pudo ser casualidad o simplemente un llamado. Uno, cuando está bien, se aleja un poco de Dios. Yo voy a misa, soy católico, pero también asisto a la iglesia evangélica. El llegar a Dios es lo más importante. Necesitaba apegarme a Él en este momento. Cuando fui a ver al Divino Niño lloré mucho. Salí completamente en paz, tranquilo, como si hubiera cumplido”, relata el atleta.

Sabe que en épocas tan criticas como las que atraviesa hoy el mundo es usual que la humanidad se vuelque en la fe.

“Ahora, todos se acuerdan de Dios por esta pandemia. Me siento regocijado. Mi relación con Él está bien. Soy muy agradecido. Puede ser que por eso busco ayudar a las personas más necesitadas”.

Rudolf superó recientemente la infección por la picadura del dengue. Los primeros dos días fueron “terribles”, pero los siguientes dos el panorama mudó, según él, gracias a la meditación y al trabajo mental que realizó para sobreponerse. Claro que no le quita mérito a la labor de la ciencia, pero confía en que la cabeza tuvo que ver en su curación.

“No me podía mover. Fue horrible. Sufrí mucho dolor de cabeza. Era dengue. Después decidí sanarme. Me duraron solo dos días las molestias fuertes y otros dos días, las leves. Al principio, no hacía el intento de querer sanarme. La medicina hace su parte, pero no ocupa el poder de la cabeza”.

Prefirió no consumir las redes sociales. No, al menos, en la medida excesiva que pueda causarle algún nivel de estrés.

“Miro mensajes del trabajo, de la oficina o del grupo de voluntarios para recaudar, pero nada más. He decidido desligarme de las redes. Hay mucha contaminación, veo gente estresada por lo que lee allí”.

Dejó en pausa su lado político activo. Cabe recordar que, desde el año pasado, el cruceño se sumó al partido político que lideraba Oscar Ortiz. Cree que no es momento de campaña alguna.

Se encuentra encarando una cruzada solidaria junto a otros voluntarios. El grupo sale a las calles de los barrios más carenciados y reparte raciones de comida. Nada de ello (imágenes) ha sido publicado en las cuentas personales de Rudolf, pues considera que es mejor tender una mano de manera silenciosa.

TOKIO 2020 Con respecto a los Juegos Olímpicos Tokio 2020 que fueron pospuestos para el siguiente año, el deportista muestra cierto optimismo, pues cree que la postergación de las fechas podrá beneficiar a Bolivia y a los países que no han dirigido un “macrociclo olímpico” regular. Esto, a diferencia de lo que podrá suceder con los atletas de potencias como Japón, Estados Unidos o Alemania, que sí se verían perjudicados en sus planificaciones.