Opinión Bolivia

  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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Tavares, el hombre que se puso en manos de Dios y cumplió su advertencia

El delantero brasileño fue una de las piezas más destacadas de Palmaflor, club que consiguió el pase a la Sudamericana. Jefferson siempre confió, incluso en medio de la pausa larga por la pandemia.
El brasileño Jefferson Tavares (i), figura goleadora de Palmaflor, en el compromiso de la fecha 24 ante Wilster. Dico Solís
El brasileño Jefferson Tavares (i), figura goleadora de Palmaflor, en el compromiso de la fecha 24 ante Wilster. Dico Solís
Tavares, el hombre que se puso en manos de Dios y cumplió su advertencia

Cuando Jefferson Tavares pisó el aeropuerto de Cochabamba, en enero de 2020, puso clara la advertencia. Previamente, solo contaba con información muy positiva sobre Palmaflor (club al que se iba a sumar) dada por su amigo, colega y compatriota Thiago dos Santos, quien lo animó, mediante la palabra, a subirse al avión y apostar por un proyecto que entonces reunía más deseos y voluntad que trayectoria y nombre.

A Jefferson le fue suficiente para aceptar y tomar el riesgo prematuro de avisar a todos que su arribo al club quillacolleño no pasaría desapercibido y que se encargaría de dejar su impronta en la tabla de posiciones. Osadía o extrema confianza… el caso es que no falló el brasileño, que a 12 meses casi exactos de aquel “quiero ser goleador”, transformó el anticipo en un hecho.

El delantero de Palmaflor concluyó su participación en el Torneo Apertura 2020 de la División Profesional con 15 anotaciones y siendo el tercero en la tabla de colocaciones de los máximos artilleros, solo por detrás del argentino Marcos Riquelme (20), de The Strongest, y el colombiano Jair Reinoso (17), de The Strongest.

Camino difícil, si los hay, Jefferson sorteó las vicisitudes contrarias en el camino, incluso con una pandemia que en el medio amenazó con sabotear su estado físico. Entendió todo desde el principio, cuando en marzo Bolivia ingresó en un confinamiento que no permitió, de pronto, que su compañera de aventuras, la pelota, continuara rodando.

Los designios de Dios debían darse sin alteración ni reproche. Al final, el aprendizaje es la conquista y él así lo comprendió. Hombre de fe, el brasileño, a los 31 años, ha sido clave en la histórica clasificación del conjunto quillacolleño a la Copa Sudamericana 2021, torneo al que el equipo se metió en su primera incursión dentro del terreno profesional.

Dios, siempre presente. Asumió Jefferson que la pandemia causada por el nuevo coronavirus llegó para que la humanidad entendiera lo esencial. Porque, para él, lo material es efímero. “Cuando alguien piensa que el dinero es el bien más valioso que pueda tener, está totalmente equivocado. El bien más precioso que tiene el hombre se llama familia, se llama hijos”, enseña.

También recordó al Creador pocos minutos después del 1 a 1 del jueves 31 de diciembre frente a San José, en Oruro, cuando atinó a agradecerle la clasificación. “Dios, cuando promete algo, es fiel para cumplir, incluso si no somos dignos. En medio de un año tan difícil, superamos todos los obstáculos y logramos nuestro objetivo. Me siento feliz por el gran año que Dios me brindó, con una fase espectacular, pudiendo terminar el campeonato como tercer goleador”, confesó.

Porque el delantero jamás esconde su fe. Es más, hace de ella su escudo en cada paso. De religión cristiana, el futbolista, con pasado en el balompié iraní y marroquí, ha escogido un salmo especial que suele repetir  constantemente. “Los que conocen tu nombre confían en ti. Porque tú, Señor, jamás abandonas los que te buscan”. Compartió la frase el 27 de diciembre, en la antesala del compromiso complicado ante Wilstermann, encuentro que finalmente se definió en tablas (1-1). En más de una ocasión generó dolores de cabeza a los clubes que pelearon el título, como es el caso de The Strongest. El 16 de diciembre, el brasileño volvió a vestirse de figura con dos goles que le valieron la derrota al cuadro paceño (2-1), en la fecha 20.

Aceptó la voluntad divina incluso cuando perdió a dos de sus seres queridos: su abuela y su tío, quienes enfermaron de coronavirus en abril, según Deporte Total.

Jefferson saborea aún la resaca de la alegría conquistada junto a sus compañeros y el experimentado DT Xabier Azkargorta. Es el “permitido” que se da tras una seguidilla de partidos que supuso desgaste, pero que acabó dejándole una sonrisa.