Real Madrid quiere mantener su ventaja de dos goles conseguida en su mejor partido de la temporada en Stamford Bridge y, a puertas de sus segundas semifinales de la Liga de Campeones consecutivas, el Galáctico recibe con máximo respeto al vigente campeón (Chelsea) en el Santiago Bernabéu en la competición de mayor prestigio de Europa.

Nunca había pisado el Bernabéu el Chelsea y nunca había derrotado al equipo inglés el Real Madrid hasta la cita de Londres de la pasada semana. Se convirtió en el “verdugo” por la gran labor del equipo Merengue y los goles de Karim Benzema, que firmó un histórico segundo triplete consecutivo en la Champions.

Lleva 18 años el Real Madrid sin caer en cuartos de final de la Liga de Campeones. Avanzó a semifinales las ocho últimas veces que llegó. Y solamente en una ocasión, el clásico reciente ante el Barcelona (0-4), Ancelotti perdió por más de un gol de diferencia en el Santiago Bernabéu. En 79 partidos en el estadio madridista, apenas salió derrotado en seis ocasiones, indica el portal digital es.sports.

Dentro de las estadísticas, un equipo inglés no ganó en el Bernabéu por más de un gol de diferencia en 12 enfrentamientos. Todos los antecedentes están en contra del Chelsea, pero en el fútbol todo puede pasar.

Una de las esperanzas para la remontada del Chelsea se esfumó este fin de semana. Cayó lesionado Romelu Lukaku, que no pudo ni entrenarse ni jugar contra el Southampton. El belga no viajó a Madrid. El delantero era una de las opciones que manejaba el técnico Thomas Tuchel para descolocar a la defensa de Ancelotti.

Con la necesidad de marcar, el estratega se dejará de experimentos y probará con un lateral más ofensivo como Marcos Alonso y con Kovacic en el medio, en detrimento de un N'golo Kanté señalado en Stamford Bridge. Arriba, a Havertz y Mount, se les unirá Hakim Ziyech, si el técnico alemán precisa de envíos al área, o de Pulisic y Werner, si prefiere velocidad.

La remontada más recordada del plantel inglés fue cuando superaron por un 3-1 al Nápoles en los octavos de 2012.

El propósito del vigente campeón del torneo europeo y del Mundial de Clubes es conseguir el boleto a semifinales en Madrid.