Liverpool dio un paso fundamental en su clasificación a los cuartos de final de la Liga de Campeones, tras la victoria (0-2) frente al Inter de Milán, en el estadio San Siro, por el cotejo de ida de los octavos de final.

Los Reds fueron dominadores ante un rival que apeló al contragolpe. Los entrenadores tenían claro que la intensidad era la clave desde el inicio.

El técnico del plantel italiano Simone Inzaghi intentó hacer daño con un sistema de juego que fue neutralizado por los dirigidos de Jurgen Klopp, quien propuso un esquema ofensivo con tres delanteros.

El cotejo se disputó en “alta revolución“ durante la primera etapa, pero ninguno de los equipos dio tregua a su rival.

Cuando transcurrían los 10 minutos, el Milán asustó con el remate de Hakan Calhanoglu, tras estrellar la pelota contra el larguero tras un centro de Perisic desde la izquierda.

El plantel inglés no bajó sus “revoluciones”, cuidó la última línea con Ibrahima Konaté, quien se exigió al máximo para cortar un pase de Dumfries a Calhanoglu que se encontraba frente al arco y sin marca.

El técnico Klopp realizó modificaciones en el esquema de juego con el fin de obtener mayor peso futbolístico y profundidad en el ataque.

En el complemento, el cuadro anfitrión ingresó a la cancha decidido a buscar el resultado, los jugadores Perisic y Dumfries fueron dos agresivos por los laterales provocando mayor exigencia de la zaga inglesa.

Cada balón que llegaba a los pies de Perisic era ocasión para los italianos y tuvieron posibilidades claras para abrir el marcador, pero no estuvieron finos en el momento de definir.

Ante este panorama, el entrenador Klopp realizó un triple cambio para intentar equilibrar el juego que proponía el equipo italiano. Ingresaron Jordan Henderson, Naby Keita y Luis Díaz para dar frescura en el ataque apoyando a Sadio Mané que fue mejorando su producción en el terreno de juego.

Ese propósito tuvo sus frutos, pues el partido se equilibró y los Reds fueron más ofensivos.

En un aislado córner, cuando todo apuntaba a un gol del visitante, Firmino abrió el marcador, en el minuto 75, tras un gran cabezazo desde el primer palo para deshacer la firmeza de los defensores italianos.

El segundo gol para el Liverpool lo hizo el egipcio Mohamed Salah, quien aprovechó un balón suelto en el punto de penal para sentenciar el encuentro en el minuto 83.

El conjunto inglés buscará, el martes 8 de marzo, en el estadio de Anfield la clasificación a los cuartos de final de la Liga de Campeones frente a un Inter que buscará “el todo o nada” para lograr el boleto a la siguiente fase.