Por segunda vez consecutiva, Marcelo Gallardo condujo a su equipo, River Plate, hacia la final de la Copa Libertadores de América. Ya había plantado a su plantel en el partido definitorio en 2018, cuando, ausente en el banco por una sanción de la Conmebol, hizo posible que su club ganara el título más valorado de la historia millonaria ante su clásico rival, Boca Juniors (3-1).

Este año no se dio la victoria ante Flamengo. El bicampeonato no fue posible, pero, de todas formas, el estratega terminó con el misterio y anunció que continuará al frente de dicha institución en 2020. Su popularidad justificada creció tanto que el Barcelona posó su mirada sobre su trabajo. Preguntó por él y su situación en River, antes de la final.