Real Madrid levantó su corona 35 de LaLiga exhibiendo superioridad, goleando a un débil Espanyol (4-0), en un Santiago Bernabéu vestido de fiesta antes de recuperar el misticismo de su afición que celebró a lo grande un nuevo trofeo a cuatro fechas de finalizar el torneo.

El director técnico Carlo Ancelotti firmó el objetivo de su regreso, vencedor de las cinco grandes Ligas. Dominador absoluto de una Liga en la que no encontró rival que le haga frente como los tradicionales Barcelona y Atlético de Madrid que se quedaron con las ganas de hacer lucha.

El Real Madrid dominó sin complicaciones los primeros minutos del cotejo y no pudo concretar las acciones de gol. Tras media hora de igualdad, una incorporación al ataque de Casemiro dejaba un centro peligroso y un disparo de Marcelo como aviso. Cuando transcurrían los 33 minutos, Rodrygo abrió el marcador con un disparo de diestra cruzado que desataba la fiesta en la grada del Bernabéu.

Comenzó a surgir el grito de "campeones, campeones" en las gradas del mítico estadio anticipando un resultado que garantice la corona para los Merengues.

Diez minutos después (43), de nuevo Rodrygo castigaba una perdida en zona prohibida de Yangel Herrera, engañando a Diego López en la definición.

Con esa diferencia los equipos se fueron al descanso para poner paños fríos y consolidar el resultado que ponía a los Blancos en el trono de la temporada.

En el complemento, no se registraron modificaciones en el andamiaje de los equipos, pero el Galáctico amplió la cuenta con calidad en la definición de Marco Asensio, a los 55 minutos.

A 10 minutos de finalizar el match, el máximo referente del plantel, Karim Benzema, recuperó una pelota y puso las cifras definitivas. Fue su gol 42 en 42 encuentros, con un promedio destacado para un jugador que brilla con su cuota goleadora.