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  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
  • Actualizado 20:43

El futbolista de élite que vende hamburguesas para sobrevivir

Marcos Gamarra, trabajó como albañil ante la falta de pagos del club de fútbol al que pertenece. Fotografía: ABC
Marcos Gamarra, trabajó como albañil ante la falta de pagos del club de fútbol al que pertenece. Fotografía: ABC
El futbolista de élite que vende hamburguesas para sobrevivir

Antes trabajaba de albañil, pero la aparición del coronavirus paralizó la construcción y perdió ese empleo. Sin ingresos y con el fútbol detenido, el coronavirus está pasando factura a numerosos clubes de fútbol de todo el mundo.

En Paraguay, país en el que su Federación suspendió el campeonato hasta nuevo aviso para evitar el contagio de jugadores y trabajadores, la pandemia está provocando graves problemas económicos en equipos de Primera división como el General Díaz, que no puede hacer frente al pago de las nóminas aunque los incumplimientos en esta entidad comenzaron ya en el mes de enero. 

La aparición del virus ha complicado aun más la situación financiera y futbolistas como Marcos Gamarra han apartado el balón para salir adelante vendiendo empanadas y hamburguesas, según el portal abc.es.

Marcos Gamarra, veterano defensa de 31 años, está viviendo una complicada situación por culpa de los impagos del General Díaz, uno de los equipos de la Primera división paraguaya, en la hace años llegó a jugar el español Dani Güiza defendiendo la camiseta del Cerro Porteño. Sin ingresos, el lateral se ha reinventado para podrer salir adelante y ahora vende hamburguesas y empanadas gracias a la "caridad" de un vecino. 

"Me cortaron la línea telefónica y utilizo el WiFi de mi vecino para ofrecer las empanadas a través de WhatsApp, mi hermano me ayuda a realizar las entregas a domicilio”, ha explicado Gamarra en medios locales.

Para sobrevivir, Marcos Gamarra no solo ha tenido que recurrir a su arte en la cocina, antes también tuvo que ejercer como albañil. Su club no le ha pagado ni un solo guaraní en 2020 y la irrupción del coronavirus ha agravado su situación porque el virus paralizó en marzo todo la construcción y se quedó sin su empleo. Hace unas semanas, tuvo que ser operado de apendicitis en un hospital. "Ahí se fue el poco dinero que me quedaba", asegura el futbolista, al que se le infectó la herida y no tiene ni para pagar en la farmacia.

Sin embargo, no es el único jugador de su equipo que se ha tenido que pasar a la cocina. Su compañero Diego Vera, cuya situación es similar a la de Marcos, vende ahora dulces. “Tengo hijos que mantener y no me podía quedar de brazos cruzados. He pasado hambre con mi familia” , explica. 

Antes, se vio obligado a vender las colección de camisetas que había ido cambiando con sus rivales a lo largo de su carrera y que guardaba como un tesoro. El dinero que consiguió con ellas se agotó pronto y ahora sobrevive con sus dulces.