Opinión Bolivia

  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
  • Actualizado 00:15

La final de la Champions resucitó al público en las gradas del estadio Dragón

El compromiso entre el Chelsea y el Manchester City permitió el retorno de los aficionados a las gradas en medio de la pandemia de la COVID-19

HINCHASOOK
Los aficionados del City y del Chelsea en las gradas del estadio Dragón. EFE
La final de la Champions resucitó al público en las gradas del estadio Dragón

La final de la Liga de Campeones es más que fútbol, en Oporto, el balompié ha resucitado en medio de una pandemia de COVID-19 que lo había "noqueado". El deporte rey apenas se puede entender sin su público y por eso hoy pudieron presenciar el Chelsea-Manchester City 14.110 almas.

La final entre los dos equipos británicos se empezó a disputar el mismo día en que la UEFA anunció que se disputaría en Oporto con la presencia de 15.000 aficionados apostados ern las gradsa del estadio Dragón de la ciudad Oporto, Portugal.

Si el verano pasado, en agosto, la Champions se aferró con una inédita fase final, lo cierto es que al graderío le faltaba el ambiente, el rugido, los cánticos y el ánimo hacia los jugadores.

Esta vez no se escuchaban las voces de Thomas Tuchel y simplemente se intuían las regañinas de Pep Guardiola al luso Bernardo Silva, incapaz de dominar el esférico, como le gusta al City.