Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
  • Actualizado 11:53

Felicidades hasta el cielo, Chocolatín

Ramiro Castillo, jugador boliviano. LATE
Ramiro Castillo, jugador boliviano. LATE
Felicidades hasta el cielo, Chocolatín

Hoy no es un día más. Arriba cumple años el mítico Ramiro Castillo, uno de los mejores jugadores de fútbol que tuvo Bolivia en su historia. El Chocolatín, que nació el 27 de marzo de 1966, hubiera pisado los 54.

El yungueño, que con su talento hizo posible que Coripata saliera del anonimato y el mundo comenzara a hablar de ella como semillero, según el comunicador Martín Ballivián, dejó su sello en clubes locales como The Strongest y Bolívar; y fue figura en el River Plate argentino de la década del 90.

Clasificado a la Copa del Mundo de Estados Unidos de 1994 con la Selección Nacional, el coripateño bebería tres años después (1997) un trago dulce y otro por demás amargo: mostró su desfachatez en el campo de juego durante la Copa América de 1997, pero perdió a su hijo José Manuel, víctima de una enfermedad fulminante. Ello le impidió disputar la final de dicho torneo ante Brasil. 

Deprimido por la pérdida, el Chocolatín se quitó la vida ese mismo año y apagó su brillo. 

En Argentina, el yungueño aún es dueño de una marca: es el boliviano con mayor presencia (jugó 146 compromisos).

Ramiro fue el hombre que inició el camino exitoso de futbolistas actuales como Ramiro Ballivián, Jenrry Alaca y Jaime Arrascaita entre otros, quienes destacan en la División Profesional. También es el referente, junto al extinto Iván Castillo, de aquellos novatos que sueñan con ser ovacionados en primera.