Si quedaban dudas con relación a cómo marchan los presentes de Lionel Messi, el excapitán del Barcelona, y Cristiano Ronaldo, con pasado en el Real Madrid, ayer se definieron aún más los panoramas de ambas estrellas.

El argentino, campeón con su selección en la Copa América de este año, todavía tiene atascado el grito de gol en la garganta.

Hasta hace apenas unas semanas, todo era euforia y gran expectativa en la hinchada del PSG francés, a sabiendas de que el crack aterrizaba en sus filas y se convertía en jugador del cuadro parisino. Sin embargo, Lionel no anotó con la camiseta de su nueva casa. Y, para colmo, ayer fue reemplazado por decisión técnica de Mauricio Pochettino, DT del equipo.

Haber sido sustituido en el compromiso ante el Lyon, cotejo que terminó con un 2-1 a favor del PSG gracias a la aparición salvadora de Mauro Icardi en el minuto 93, desencajó a Messi.

La Pulga no escondió su molestia cuando Pochettino le sacó del gramado en el minuto 75, momento en el que el partido iba 1-1. Lejos de la versión exquisita a la que tiene acostumbrada a su afición, Messi no pudo hacer mucho en el Parque de los Príncipes y lo expuso en su gesticulación cuando le tocó abandonar el campo de juego. Se dirigió al banco en silencio y no estrechó su mano con la del técnico.

Medios europeos entienden que el argentino atraviesa una etapa de adaptación que le supone factura. Neymar puso el 1-0 e Icardi salvó la victoria con el 2-1.

Distintas son las sensaciones de CR7, que con la casaca del Manchester United vive una nueva etapa a pedir de boca.

Con tres partidos ya en su haber, el luso anotó cuatro dianas. Consolidó esa cosecha parcial ayer, con el gol frente al West Ham (1-2), por la quinta jornada de la Premier League 2021-2022.

CR7 está infranqueable. El portugués, que antes de volver a ponerse la casaca del United vestía la de la Juventus, no defrauda a sus seguidores. Hasta la fecha, Cristiano suma 122 tantos en su historia con el club inglés.