Entre idas y venidas de muestras de apoyo a su marido, el jugador brasileño Dani Alves, acusado por presunta agresión sexual, su esposa, la modelo Joana Sanz, finalmente lo visitó por primera vez en la cárcel Brians 2, en Barcelona, donde el futbolista guarda detención desde hace dos semanas. 

La mujer de Alves, inicialmente defendió a su pareja públicamente asegurando conocerlo a la voz de "yo sé quién es mi marido, yo sé cómo lo conocí y yo sé lo respetuoso que es". Sin embargo, el programa español Ana Rosa lanzó la "exclusiva" de que Sanz le habría pedido el divorcio a Alves tras, supuestamente, negarse a un encuentro con su esposa. 

Fue el día de ayer, 5 de febrero, que después de todas la idas y venidas respecto a su respaldo al jugador, la modelo lo visitó en la cárcel acompañada de un amigo de Alves, que estaba en la misma discoteca el día de la supuesta agresión.

Y al calor de un encuentro de alrededor de 50 minutos, ella dio escuetas declaraciones a los medios de comunicación que la esperaban en afueras de las instalaciones del penitenciario. 

"No lo voy a dejar solo en el peor momento de su vida", sostuvo, además de añadir que Alves no le había negado un encuentro en la cárcel. 

El nacido en Bahía fue denunciado por el delito de violación a una joven de 23 años en la discoteca Sutton, de Barcelona. El supuesto hecho se habría dado el pasado 30 de diciembre y de acuerdo con las declaraciones, el futbolista habría forzado a la joven a ingresar al baño del club cometiendo ahí el crimen.

El jugador de la selección brasileña atraviesa un momento crítico en su carrera. Después de la denuncia por abuso sexual fue despedido por Pumas de la Unam y ha perdido varios sponsors. Se estima que quede en bancarrota.