La Liga Deportiva Copa Rodmy no es una entidad más. Se ha preocupado y ocupado por llevar en alto la bandera del deporte junto a la de la educación, la cultura y la de los valores humanos. Es que más allá de congregar a más de 1.000 jugadores de fútbol de salón inscritos en sus diferentes categorías, esta ha surgido con el propósito de dejar un legado y trabajar de forma activa no en el futuro, sino en el presente de la sociedad a través de la formación de los niños.

No en vano recuerda Rodmy Cossío, principal impulsor de la Copa Rodmy (que lleva su nombre), las palabras de la activista cochabambina Julieta Montaño, quien apoyó la iniciativa cuando surgió en 1999. “Ella nos alentó con premios en el campeonato. Y me corrigió. Una vez me referí a los pequeños como el futuro de Bolivia. Ella me dijo que son el presente”.

Jugadores de futsal que llevan en alto el nombre de la institución. Crédito: Gentileza Rodmy Cossío

El contexto no es el mejor. La emergencia sanitaria causada por el nuevo coronavirus ha interrumpido los planes y desafíos próximos de la Copa. Sin embargo, ello no quita que no haya motivos para celebrar. La organización cumplió ayer 21 años de fundación, luego de que fuera consolidada el 13 de junio de 1999. Pero todo comenzó un poco antes, en 1998, con la fuerza de los entonces estudiantes de los colegios Federico Froebel y Lorenzo Filo, donde Cossío se desempeñaba como entrenador.

“La idea surgió de los muchachos. Ellos han dado hasta el nombre. Los fundadores fueron los exalumnos de ambos establecimientos. Me decían: “profe, ¿por qué no invitamos a otras escuelas?”. Después tuve la idea de que otros jóvenes pudieran colaborarme e hice el directorio”, rememora Cossío, satisfecho con los logros deportivos, pero particularmente conforme con el trabajo educativo conseguido.

“Quise transmitirles valores tales como la solidaridad, como cuando recaudamos tapitas para niños con cáncer, por ejemplo. Y también mediante el tema de las reforestaciones, que comenzaron en 2001 con los primeros árboles”, explica el directivo, que pensó en la creación de una suerte de “muro verde” cuando trabajaba en el Lorenzo Filo. “No había tinglado. Entonces nos propusimos colocar arbolitos como muros vegetales. De ahí salió la idea. Me metí a cursos de agronomía y reforestación. También me dieron becas para huertos urbanos. No es (cuestión de) plantarlos y ya. Hay que ir a regar. Los árboles ya están grandes. Los chicos se comprometieron y cumplieron”.

La Copa Rodmy también incursionó en campamentos de confraternización entre equipos de distintos clubes con el fin de acabar con la rivalidad infundada.  “Me resultó. Hemos ido creciendo. Les gustó estar involucrados con la naturaleza. Siempre les dije que si plantan un arbolito, este no será oxígeno para uno, sino para toda la comunidad”, argumenta.

En el mes aniversario de su fundación, la entidad aguarda que se dé el visto bueno para la reiniciación de los entrenamientos y actividades deportivas, considerando las restricciones vigentes en torno a la COVID-19. La intención es retomar el calendario con más ganas. Y una de las tareas más importantes en este entendido es lograr el apoyo de las autoridades municipales para que continúe el proyecto de las escuelas deportivas. “He pasado por la subalcaldía (Adela Zamudio), y lo que nos indicaron es que, tal vez, los recursos sean destinados a salud y cultura. La dirigencia de las OTB y distritos pidieron que no se toquen esos montos y que no les afecten, puesto que tienen recursos propios. Esperamos que nos apoyen con las escuelas deportivas porque la tecnología nos ha invadido y emboba a los chicos. Necesitamos que salgan una vez que termine esta pandemia y que la subalcaldía nos colabore con escuelas”, sugiere Rodmy.

Una de las satisfacciones personales de Cossío es poder afirmar que por la Liga pasaron jugadores profesionales como Amílcar Sánchez, de Aurora, Walter Veizaga, de The Strongest, y Mijail Arnez, quien actualmente se dedica al automovilismo.

“Es bonito encontrarse de tiempo, en la calle, con chicos que ya son papás. Walter y su hermano menor asistían con su papá, que era bien drástico”.

Y en el día del aniversario 21 de la Copa Rodmy, el dirigente también cumple años. La dedicatoria va para una personal especial: su madre fallecida. “Gracias a ella pude formar jóvenes talentosos y motivarlos. A ella le dedico todo esto”, cierra el directivo, con un dejo de emotividad