Opinión Bolivia

  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
  • Actualizado 13:20

Canchas y misas: No todos los jugadores se desesperan por volver a tocar la pelota

Los celestes Alex Arancibia y Gabriel Ríos, aunque extrañan el gramado, prefieren tener paciencia y no se muestran disconformes con lo que ha determinado el Gobierno transitorio.

El delantero cruceño Gabriel Ríos, de Aurora, repartiendo pan para personas de escasos recursos de su zona. Gentileza Gabriel Ríos
El delantero cruceño Gabriel Ríos, de Aurora, repartiendo pan para personas de escasos recursos de su zona. Gentileza Gabriel Ríos
Canchas y misas: No todos los jugadores se desesperan por volver a tocar la pelota

Claro que sienten la necesidad de volver a encontrarse con la pelota y la cancha. Extrañan la rutina diaria de compartir momentos con sus compañeros y dejar, por fin, la monotonía que los obliga a quedarse en sus casas. Sin embargo, contraponiendo la figura con lo que han marcado algunos medios sobre el supuesto deseo de algunos jugadores de volver a entrenar colectivamente, no todos parecen compartir esa ambición.

Los auroristas Alex Arancibia y Gabriel Ríos son dos claros ejemplos del grupo que ha optado por continuar alimentando la paciencia. Creen que la pelota puede esperar, pues la prioridad sigue siendo la situación sanitaria, que conforme pasan las semanas se va “agudizando” con la aparición de más casos positivos en Bolivia.

“Primero están la vida y la salud de todos. Volverá a rodar la pelota, pero cuando vean todos que hemos tomado más consciencia y bajen los contagios, que día a día aumentan”, expresó el cruceño Ríos.

El portero Arancibia, por su parte, que se encuentra en Santa Cruz junto a su familia, consideró que el tema es “complejo”. Cuando se producen los entrenamientos, no solo participan los propios futbolistas, sino también los galenos e integrantes del cuerpo técnico, entre otros. “Siempre, en un equipo, van todos los días 30 o 40 personas, entre jugadores, cuerpo técnico, médicos y utileros. Imagínate cuánta gente se aglomera. Soy futbolista y todos estamos como esperando una llamada en la que nos digan que regresaremos a entrenar, pero esto es una excepción porque no es, nomás, decir ya. Hay que aguardar. Imagina que retornemos y haya un contagiado. Es como dar un paso hacia adelante y 10 para atrás. No sabes quién está infectado”.

La suerte de posiciones aparentemente encontradas surgió luego de que el Gobierno interino comunicara que ninguna actividad deportiva podrá volver al ruedo, mientras que las reuniones religiosas que involucren al 30% de la capacidad de los ambientes, sí.