Apenas faltaban dos minutos para el desenlace del partido ante Oriente Petrolero, ese que marcaría el fin de la suerte de “peregrinación” tan larga en la que devino el torneo Clausura. Y al costado de la cancha del Félix Capriles, justo en la pista, estaba él, Ramiro Ballivián, con la sonrisa que lo caracteriza y rodeado por una bandera que se agitaba conforme el coripateño saltaba, como incitando a la hinchada a acompañarlo en el aliento hacia los jugadores que aún resistían en la cancha.

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Wilster jugará en el grupo C de la Libertadores 2020 junto a Peñarol (Uruguay), Colo Colo (Chile) y Paranaense (Brasil). 

Era el 3-1 de la consagración de Wilstermann, era la victoria ante Oriente Petrolero que le daba al Rojo el título del torneo Clausura 2019 (el 15 en su historia) y el boleto directo hacia la fase de grupos de la Copa Libertadores 2020. Era el triunfo de un club que, aunque invirtió una suma cuantiosa en la presente planilla (aproximadamente 250 mil dólares), no le dio la “nafta” para erogar los 350 mil que entidades pudientes como Bolívar y The Strongest sí pudieron desembolsillar.

Pero el campeón, con 60 enteros en 26 fechas -la mejor puntuación desde la implementación de la modalidad competitiva-, ahora festeja la vísperas del Año Nuevo con copa especial. El Wilster del estratega argentino Cristian Díaz pasó al frente y dejó en el camino a los grandes de La Paz. El Tigre culminó segundo, con 57 unidades, y la Academia bajó la persiana en la tercera posición, con 56.

Es cierto. No fue el mejor partido del Rojo. De hecho,  los rostros de los simpatizantes que se apostaron en las tribunas (unos 32 mil) daban cuenta de la preocupación, incluso, tras la anotación del primer tanto convertido por Edward Zenteno, a los 20 minutos. Esperaban más los seguidores aviadores, sobre todo porque se trataba de un compromiso altamente decisivo y porque el Verdolaga se paró con un onceno prácticamente juvenil. 

Falló la lectura a priori de los más confiados, que apoyaban la hipótesis de una goleada estrepitosa. La nueva camada del Oriente se plantó con actitud y brindó una digna batalla, aún sin el colchón de la experiencia.

Wilster no hallaba profundidad, tampoco estaba claro en los pases. Solo a los 20, el capitán Zenteno rompió la monotonía del marcador y puso el 1-0 parcial luego de un tiro de esquina. Anotó de cabeza, con calidad, y se entregó a los festejos con la mirada puesta en los Gurkas.

Era una diana que hacía pensar en una posible inyección anímica para los jugadores locales. Sin embargo, no fue así. El plantel anfitrión se quedó y el cuadro visitante tampoco se achicó.

El primer tiempo terminó con sabor a poco y con la sensación de necesitar más para asegurar el título. La consigna del grupo para la segunda parte fue liquidar el duelo. Cristian el Pochi Chávez, pilar elemental del equipo, lo intentó a los 8 del complemento. Tras eludir a la defensa, el argentino disparó hacia el arco, pero David Moreno rechazó la acción y mandó la pelota hacia el palo superior. Doce minutos después, el turno fue de Serginho, que también trató de ampliar.

El silencio era el factor en común en la hinchada, que dividía la atención entre lo que sucedía en el campo de juego y en los partidos del interior.

A los 80 apareció de nuevo Serginho. El brasileño concretó el 2-0 con la pierna derecha y motivó el aliento efusivo del público, que despertó de la quietud con ganas. Tras cumplir con el cometido, Serginho pidió el cambio al cuerpo técnico y salió del gramado entre aplausos. A los 86, Ferddy Roca descontó para el honor de la visita y, cinco después, Esteban Orfano sentenció la victoria con el 3-1. El argentino salió airoso de un mano a mano, desató la locura en el Capriles e hizo posible que el club se embolsille los 3 millones de dólares que otorga la Conmebol como premio a los que ingresan a la fase de grupos del torneo continental.

Zenteno, a sabiendas de que clasificaba a la Libertadores por quinta vez con Wilster, agradeció a su gente, aunque dejó en claro que la dirigencia todavía no lo buscó para hablar sobre la renovación de su contrato. “Veremos si sigo”, dijo.

El arquero paraguayo Arnaldo Pipo Giménez recordó la premisa con la que comenzaron el año y mencionó que el objetivo siempre estuvo claro: “Nos propusimos salir campeones. Nos esforzamos mucho en cada partido. Esto es algo grande para mí”.