Opinión Bolivia

  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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Tres años después de emocionar en Cocha 2018, Quisbert va por Tokio

El Tanque conmovió al país en la final de los Juegos. Se enfoca en el Preolímpico. “Los bolivianos somos los únicos que estamos yendo solitos”, dice.
Ever Quisbert, ganador de plata en los Suramericanos de 2018, muestra algunos de sus logros en el ring.     Gentileza Ever Quisbert
Ever Quisbert, ganador de plata en los Suramericanos de 2018, muestra algunos de sus logros en el ring. Gentileza Ever Quisbert
Tres años después de emocionar en Cocha 2018, Quisbert va por Tokio

Y casi tres vueltas al sol después, Ever Quisbert se prepara para asestar uno de los golpes más esperados en su carrera encima del cuadrilátero: convertirse en el primer boxeador boliviano en clasificar a unos Juegos Olímpicos.

La noche del 6 de junio de 2018, el Tanque se paró frente al colombiano Cristian Camilo Salcedo en el ring del coliseo municipal de Punata. El recinto fue sinónimo de un mar tricolor en las gradas ante una suerte de isla reducida en la que asomaron algunas banderas cafetaleras. La localía era suya y el público se había encargado de hacérselo sentir.

Él, de azul, novato en los Suramericanos y con la fuerza como factor aliado en el combate. El rival, de rojo, con un abultado palmarés mundial y con la técnica como arma amiga. Decretado el final, la decisión de los jueces fue unánime y le dio la victoria a Salcedo. “El colombiano con el que hemos peleado en la final es de nivel mundial y se dedica solamente a entrenar, pero le hemos hecho frente y no hubo miedo”, dijo el Tanque, entonces revelación ante los medios. De hecho, muchos llegaron a propagar precozmente el rumor infundado de que era sobrino del fallecido Walter Tataque Quisbert, solo por el apellido compartido y el estilo aguerrido de ambos. 

Hace tres años, nada dejó en el cuadrilátero, como pretende hacerlo también en el Preolímpico de Buenos Aires, Argentina, que será en mayo. Allí, buscará el boleto que lo coloque en los Olímpicos de Tokio. Las chances son muchas, pues calcula que alrededor de 10 personas irán detrás del mismo objetivo, en la categoría Súper Pesado +91 kilos.

Las sensaciones van en contrapeso. De un lado, la alegría de saberse a un paso de los Juegos. Del otro, la desilusión. “Los bolivianos somos los únicos que estamos yendo solitos, con nuestros recursos, como huérfanos”, acusa, sobre las políticas estatales que acompañan su anhelo.

Duerme exhausto, entrena hasta el punto en que su cuerpo no puede más. Todo sea por entrar a Tokio 2021.

P: Pasaron casi tres años de los Suramericanos, cuando ganaste la medalla de plata. Ahora estás ilusionado…

R: Así es. Hay sentimientos encontrados, se podría decir. Por una parte, estamos poniendo todo con mis entrenadores. Voy a dejar en la cancha lo mismo que en los Juegos de Odesur. Nunca retrocederemos, siempre iremos para ganar. Por otro lado, es lamentable que no haya ningún tipo de apoyo de las autoridades del Gobierno ni de los municipios. Deportistas de otros países están muy apoyados. Los bolivianos somos los únicos que estamos yendo solitos, con nuestros recursos, como huérfanos.

P: Quizás, no se hicieron eco del momento tan importante…

R: Esta es una oportunidad única, es una clasificación que, si la logramos, será histórica para Bolivia. Sería el primer boxeador en ir a los Juegos Olímpicos. Debería de darse un poco más de interés. Las reglas del boxeo han cambiado y, justamente, nos favorecieron.

P: En 2020 prometías novedades y más títulos, ¿vas por ese camino?

R: Sí. En todo este tiempo me he preparado para el Fight Dragon, que es de kick boxing. He tenido dos peleas durísimas y logré el cinturón. Con ese mismo torneo clasifiqué a Japón. Por ese lado, tengo el boleto asegurado. Ahora priorizo el boxeo. El 27 de este mes tengo el debut profesional. Será preparativo para los Preolímpicos. Pelearé con un argentino de Jujuy. Va a ser un evento grande. Me mantengo en la categoría con +91 kilogramos hace muchísimo tiempo.

P: ¿Cómo has asimilado mentalmente la poca regularidad en las competencias y el escaso apoyo?

R: El tema del apoyo ya es recurrente. Las personas te colaboran o te hablan cuando consigues algo. Casi nunca te dicen nada antes. Estoy acostumbrado. En cuanto a la competencia, la pandemia afectó. El año pasado no podíamos entrenar, hubo un tiempo en que estábamos totalmente confinados y tuvimos que sobrellevarlo. Después, contamos con competiciones a puertas cerradas. Ahí pudimos mantener el ritmo de los entrenamientos.

P: Decías que cuando alguien es visible y gana medallas, recién llegan los reconocimientos, ¿notas la diferencia de 2018 a esta parte?

R: Se nota, se nota. Hubo muchas entrevistas y personas que dijeron que me apoyarían. Pasó eso y ya se olvidaron, no solo de mí. Hay buenos deportistas que están ahí. En el momento en que triunfan es cuando se interesan en ellos por un tiempo, luego se olvidan. Debería haber un programa. Perú invierte en sus atletas. Está haciendo un campamento en México antes de ir a los Preolímpicos. Casi todos los países están yendo a hacer campamentos. Nosotros, nomás, nos preparamos acá con todo lo que tenemos, con propios recursos, pagando a los entrenadores, el lugar, la suplementación y alimentación.

P: ¿Estás listo para el Preolímpico?

R: Sí. La clasificación es directa. Los cuatro primeros pasan. Si entramos a las semifinales, estaríamos en los Juegos Olímpicos. Es una oportunidad bastante grande. Estamos en busca de apoyo para los pasajes con la Federación (Boliviana de Boxeo). Es algo que no está asegurado, me dijeron. Nos hemos inscrito. Hay lugar para la estadía y la alimentación, pero los pasajes, no. 

P: ¿Cuentas con patrocinio?

R: Tengo una empresa que me auspicia, que es la constructora Génesis. Me ayuda con parte de la alimentación y la preparación. Otras compañías no lo hacen.

P: El Tanque rinde en todos los terrenos, también en kick boxing…

R: Sí, ja ja. Para tratar de mantenerme, he entrado al kick boxing. Me ha ido muy bien. La alegría de eso ha sido que logré clasificar a Japón de forma directa. Tendré la chance de quedarme allá para entrenar por seis meses. También necesito, para ello, los pasajes, pero eso lo veré después del Preolímpico. Dios quiera que logremos la clasificación y estemos presentes levantando el nombre de Bolivia en alto.

P: En 2018 regalaste un lindo momento en Punata y podrías reeditarlo, ¿qué le dices a la gente que te sigue?

R: Los que me conocen, los que siguen mi página (Tanque 0.1 en Facebook) saben que siempre peleo, dejo todo, no retrocedo, voy para adelante. Va a ser lo mismo en el Preolímpico, daré el todo por el todo. Es algo personal y nacional. No dejaré nada al azar. Estoy entrenando duro a diario, hasta ya no poder. La otra noche me dormí seco. No pude levantarme bien al día siguiente, pero estoy ahí.

P: ¿Cómo es eso de quedar muerto y volver al ruedo pocas horas después?

 R: Estoy entrenando resistencia, fuerza y velocidad; hago trotes de cinco a seis kilómetros y escuela con un compañero del mismo peso. En la tarde hago pesas y en la noche entreno, de nuevo, físico y táctico junto con Yuri Herrera, quien también es mi manejador de boxeo.

P: ¿Sabes cuántos más estarán buscando el mismo objetivo que tú?

R: Según lo que hemos ido haciendo seguimiento, seremos 10. Las autoridades no se dan cuenta de que hay una infinidad de posibilidades de clasificar. Espero lograr la sorpresa y ver esas caras (de asombro).