Opinión Bolivia

  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
  • Actualizado 10:50

Tras 5 años, Wilster pone fecha de vencimiento a Pochi; él pide jugar

El cuerpo médico cree que Cristian Chávez ya no estaría apto para el profesionalismo. El argentino se mostró dolido con Gary Soria y aseguró que nadie le tiene más amor que él al club.
Cristian Chávez, el último ídolo de la era más reciente de Wilstermann. DICO SOLÍS
Cristian Chávez, el último ídolo de la era más reciente de Wilstermann. DICO SOLÍS
Tras 5 años, Wilster pone fecha de vencimiento a Pochi; él pide jugar

Versiones cruzadas, acusaciones de gestar “camarilla”, de no tener amor por los colores y confesiones que estallaron, como una bomba de tiempo. La relación entre la dirigencia de Wilstermann y su último ídolo, Cristian Chávez, no puede ser más tirante. Desde el cuerpo médico le pusieron ayer fecha de caducidad al argentino debido a las lesiones de las que es presa.

Por ello, recomendaron que ya no vuelva a la cancha. En respuesta, el futbolista expresó que si el problema radica en mantenerlo en Wilster durante seis meses más, en caso de que sufra una nueva dolencia, entonces no insistirá en su permanencia, porque si se “rompe”, lo hará por el equipo, ese que defiende desde 2017.

La mañana de ayer, el gabinete médico llevó adelante una conferencia de prensa para dejar sentada su conclusión: según su análisis, Chávez no estaría con aptitudes para continuar en el profesionalismo.

La parte crucial del comunicado, resaltada por el galeno Ivar Rojas, señala: “Por el bienestar y máxima calidad de vida como persona, el jugador Cristian Chávez no se encuentra apto y suficiente física y biomecánicamente para desarrollar partidos de fútbol en primera división, con las exigencias que un jugador profesional requiere por el inminente riesgo de recidiva de lesión”.

El informe, a modo de síntesis, apunta que el Pochi padece una serie de dolencias en los meniscos de la rodilla derecha, derrames articulares por una sinovitis crónica y diferencias de cargas que lo condicionan. 

Los galenos del plantel responsabilizan a Álex Antezana (anterior jefe médico) por el supuesto tratamiento “inadecuado” y regreso pronto a las canchas tras la reciente operación del argentino.

EL POCHI ROMPE EL SILENCIO

Aunque primero prefirió optar por el silencio, el argentino habló. Se confesó triste por “las barbaridades” que se dijeron de él, pues desde la dirigencia cuestionaron que “no tendría amor por el club”, por, presuntamente, “no querer bajarse el sueldo”.

Chávez no solo validó su cariño por el Rojo, sino que aseguró que difícilmente haya otra persona que ame tanto a la institución como él.

Insistió en que solo desea pisar la cancha. “Yo no hablé, me la comí calladito. Quiero recuperarme y poder jugar. Más amor que yo al club, no sé quién deba tener, ¡eh! Más amor que el que le tengo al club, no sé si hay. Voy a jugar. Si me rompo, me rompo por Wilstermann. No quiero que me hagan seis meses (de contrato) o un año, solo que me digan gracias“, dijo, en nota con Dosis de Fútbol.

TRISTE

El Pochi también se dirigió al titular de Wilster, Gary Soria: “Estoy mal por todas las cosas que salió a hablar, tirándome m… para que los hinchas le crean. El verdadero hincha sabe lo que hice por el club. Decir que no tengo amor por el club… después, me mandan que los médicos salieron a hablar que ya no puedo jugar. Les firmo donde quieran, que si me lesiono, me voy. No quiero seis meses. El presidente sale a decir esa barbaridad, que no tengo amor por el  club, ¿quién le puede creer? No cobro desde 2020 (…). Se lo conté todo a Gary, pero no le da valor a eso ¿No sabe que me lesioné jugando para Wilstermann? Di la vida, hasta contra mi exequipo, Boca, jugué, y le quería hacer un gol. La gente no es ciega. Estoy triste”. 

CONCILIADOR

Aunque no escondió la molestia con el directorio por el supuesto destrato, el ídolo del club indicó que su intención es “arreglar” ante una posible rescisión. “Tenemos que llegar a un acuerdo, no voy a demandar ahora ni nada. Solo me estoy asesorando. Es muy fuerte lo que están diciendo de mí”, siguió enfatizando, en Dosis.

Sobre aceptar la reducción de su salario -cobra 20 mil dólares al mes- expresó que si lo hubieran valorado, podrían sentarse a hablar. “Si estaba al día y no me comía todo lo que me comí por el club (destrato), me puedo sentar a hablar, no hay problema, pero por cómo me trataron los seis meses…”.

Tampoco se ve trabajando para Wilstermann en un nuevo cargo, al menos, con la gente actual. “Con esta gente no trabajo, discúlpenme. Me dicen: ‘dale, vos tenés que trabajar en el club’. Todo me es incómodo”. 

Tras cinco años de glorias, títulos y goles, la relación del argentino con el club parece tocar su fin.