Opinión Bolivia

  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
  • Actualizado 18:41

BOLIVIA RADICAL PROYECTA 10 FILMES TODO JULIO

Streaming permite inusitado acceso al cine nacional

La modalidad, adelantada e impuesta por la pandemia, ha permitido que un público masivo pueda ver películas bolivianas. Eso sí, falta una cultura de pago. 
Streaming permite inusitado acceso al cine nacional

“No sé si es el nuevo camino, pero es la alternativa para sobrevivir”, señala Sergio Zapata sobre la modalidad de proyectar películas a través de Internet y por medio de dispositivos móviles, en la comodidad de la casa. Es cofundador del Festival de Cine Radical de La Paz que, como aperitivo a su séptima versión que espera realizarse de manera física a finales de noviembre, ha organizado el primer ciclo de cine Bolivia Radical Virtual que durante todo julio proyectará 10 películas nacionales y conversatorios con los directores.

La oferta es una de las muchas que se tienen para acceder al cine nacional vía streaming, desde que comenzó la pandemia. El inicio de la cuarentena coincidió con el Día del Cine Boliviano, como homenaje se gestionó la transmisión gratuita de 30 producciones bolivianas, entre largos y cortos. Después, la plataforma BoliviaCine fue lanzada oficialmente en abril y lo hizo con la oferta de un paquete de 17 filmes nacionales de forma gratis. Del mismo modo, la fundación Ukamau empezó a subir sus películas, como “La Nación Clandestina”, en Vimeo.  

Ahora se suma el ciclo Bolivia Radical que comenzó ayer con la proyección de “Lo más bonito y mis mejores años” y continúa hoy con el conversatorio con su director Martín Boulocq, a las 19:30 horas, a través de una transmisión en vivo por la página de Facebook del Festival de Cine Radical. La próxima proyección será el miércoles con la exhibición de “Mar Negro” de Omar Alarcón.

Olmos, cocreador de BoliviaCine, indicó que antes de la pandemia el sector cinematográfico ya veía al streaming o Video On Demand (VOD) como una fuente de recursos, pero ahora “es necesario y urgente”. Solo en América Latina, según Zapata, existen 230 páginas webs que ofrecen streaming de pago.

Se ha evidenciado la existencia de un público que demanda ver cine nacional al que no siempre ha podido tener un acceso. “Engaño a primera vista” tiene más de dos millones de visita en Youtube y “Algo quema” llegó al medio millón en Vimeo. El director de “San Antonio” cree que el VOD ha “democratizado” el contenido para el usuario, principalmente para aquel que demanda consumir cine independiente o de autor. Este tipo de producción “raramente” llega a salas, peor aún si son trabajos de Perú, Chile u otros países de la región.

FALTA DE CULTURA DE PAGO Los números cambian drásticamente cuando hay que pagar por los visionados. “Del 100% de gente que ve películas cuando son gratuitas se desciende al 5% o menos por película, cuando hay que pagar”, comenta sus experiencias Olmos cuando libera gratuitamente algún filme de su catálogo por un tiempo determinado y cuando debe ser comprada o rentada.

“Esto se debe a dos razones. La primera responde a que la gente prefiere verla gratis y dos porque no sabe cómo pagarlas, cómo manejar sus tarjetas”, explicó. 

ROMANCE CON SALAS Frente a la situación y visión de oportunidades que traen las plataformas en línea, algunos directores, como Okie Cárdenas y su más reciente filme “Esperar en el lago”, han pensado estrenar sus producciones directamente por este medio; sin embargo, todos esperan tenerla en algún momento en pantallas grandes.

“Las salas van a volver. El tema es cómo van a volver. Si va a ser una suerte de consumo elitista, es decir, una experiencia como ir a la ópera, o más bien estará anclado en los multicines y será parte de la oferta de entretenimiento de fin de semana, no sabemos”, comenta Zapata, el coorganizador del ciclo Bolivia Radical.  “El cine en una sala es una experiencia. En casa es más fácil de acceder y mayor rapidez”, opinó por su parte Olmos. 

NUEVA OFERTA La diferencia que trae Bolivia Radical, comenta Zapata, comparada con las otras proyecciones es su propuesta curatorial y producción intelectual, al estar acompañado el ciclo con un boletín que se difunde en la página web de Imagen Docs. Las cintas que están siendo proyectadas son fieles a la ideología del festival, “aquellas que cuestionan las formas de mirar y cuestionar el lenguaje cinematográfico, tanto en lo visual como en lo técnico”.

“Este ciclo responde a querer contrarrestar cierta dispersión que hemos identificado en las ofertas de marzo y abril. Un montón de pelis disponibles, pero no enmarcadas en algo”, argumenta. El catálogo del Radical durante siete versiones es amplío y los organizadores esperan realizar hasta tres versiones digitales de estas muestras que reflejan el estilo de producciones que han pasado por este encuentro cinematográfico nacional.