Uvaldo Romero se enfrenta, a todas luces, a la gestión más compleja de su trayectoria en la Dirección de Culturas y Turismo de la Gobernación. En sus dos temporadas anteriores ocupando dicho despacho,  nunca se había complementado el condimento de una pandemia que puso en jaque a la sociedad toda con la disolución de una cartera ministerial que tenía el objeto de representar los intereses de los actores y gestores ligados al arte. Esto último, ahora es historia.

En sus primera horas de reacomodo, familiarización con su equipo y detalles técnicos, Romero es claro al criticar la supresión del Ministerio de Culturas, algo que concibe como un “desatino” por parte del Gobierno. “Se podía reajustar presupuestos, pero no dejar abandonados a miles de artistas, gestores culturales y trabajadores del turismo. Ese ha sido un desacierto institucional que muestra una total falta de capacidad de gestión pública. No lo digo por cuestiones políticas, sino técnicas. Todos sabemos que para ahorrar no necesitas eliminar instituciones”, lanza.

Como nunca antes, los recursos económicos con los que cuenta para llevar adelante sus labores se vieron golpeados: rondan los 400.000 bolivianos, una cifra significativamente menor, pues la retrospectiva permite calcular que  el presupuesto solía superar el 1.000.000.

Todo esto hace que el reto sea mayor para un hombre que reasume compromisos engrosados por las condiciones propias del contexto crítico, sin que esto implique que las ambiciones sean menores.

Dicho sea de paso, algunos de sus objetivos son digitalizar el área a través de transmisiones en streaming, diversificar el uso de las redes y plataformas virtuales para consolidar el ansiado “salto tecnológico” que se propuso desde 2019; concretar la Casa Departamental de Culturas, crear alianzas estratégicas para un mejor trabajo y, por último, impulsar el sector turístico, cuando el presente parece interponer elementos muy adversos para su explotación.

P: Ya conoce el manejo de la institución, pero ¿cómo se da esta suerte de asumir un compromiso cultural en plena pandemia e intentar concretar retos en condiciones desconocidas para todos?

R: Entramos en un contexto muy crítico para el sector cultural. La Dirección está a cargo de dos áreas: la cultura y el turismo. Requiere un trabajo fuerte y organizado de impulso entre las entidades públicas y el sector privado. Por ello, tenemos un gran reto de reencaminar el área bajo las condiciones de bioseguridad. Nos estamos refiriendo a las artes, cultura, danzas, asociaciones originarias y contemporáneas. Por otro lado, en turismo, hablamos del sector hotelero, gastronómico, agencias de viajes y operadoras. Además, la pandemia afectó no solo en la paralización de actividades, sino, sobre todo, a nivel institucional. Conocemos que los recursos se han priorizado para la salud y eso implicó reducción presupuestaria. El desafío es lograr una buena organización en alianza estratégica con todos los sectores culturales y turísticos, con pocos recursos.

P: En el deporte sucedió lo mismo. Gran parte del presupuesto local se redirigió a la salud, ¿con cuánto dinero cuenta su despacho?

R: Exactamente no tengo el dato, pero podemos hablar de un presupuesto muy reducido. Estamos con no más de 400 mil bolivianos, cuando antes se contaba con más de 1.000.000.

P: Una de sus misiones es retomar la Casa Departamental de Culturas...

R: Tenemos varios objetivos: uno es la consolidación de la Casa Departamental de Culturas, que hemos tenido la suerte de visionar. Segundo, potenciar la reactivación del sector cultural a nivel de todas las artes, y apoyar la reactivación del turismo bajo protocolos de bioseguridad en coordinacion con la Cámara Hotelera, la Cámara Gastronómica y toda la industria turística del departamento y los municipios. Otra tarea importante es dar un salto tecnológico en la gestión cultural y turística con el uso de redes virtuales y transmisiones en streaming. Tenemos un plan de trabajo que estamos puliendo y coordinando con la Gobernadora  (Esther Soria) y los secretarios. Vamos, ya nomás, a lanzar acciones concretas.

P: Se disolvió la cartera ministerial...

R: Simplemente hacemos externo nuestro total repudio al cierre del Ministerio de Culturas y Turismo en un momento tan crítico. El Estado y las autoridades tienen la misión de atender a todos los sectores de la sociedad. Ha sido como quitar al padre y a la madre de los artistas y de sectores culturales. Se podía, simplemente, reajustar presupuestos, pero no dejar abandonados a miles de artistas, gestores culturales y trabajadores del turismo eliminando el Ministerio. Ese ha sido un desacierto institucional que muestra una total falta de capacidad de gestión pública. No lo digo por cuestiones políticas, sino técnicas. Todos sabemos que para ahorrar presupuesto no necesitas eliminar instituciones, sino reajustar tus presupuestos y hacer movimiento. En un contexto de pandemia, tenemos la responsabilidad de no dejar abandonados a los artistas y trabajadores del turismo, más bien (debemos), unirnos en alianzas estratégicas interinstitucionales para encontrar caminos en la crisis y reactivar el sector.

Turismo

Otro de los retos que se impuso Uvaldo Romero es impulsar el ámbito turístico, en un momento en el que la crisis ha golpeado enormemente al sector.