Alejandro Posada llega desde Colombia para dirigir una serie de conciertos sinfónicos que empezaron ayer y terminan hoy, a las 19:30 horas, en el teatro del Instituto Eduardo Laredo. Posada se ha constituido en uno de los directores latinoamericanos más importantes de la región dirigiendo orquestas en España, Austria, Bosnia-Herzegovina y Colombia, entre otros países. Conversó con este medio sobre la importancia del concierto y la situación de la música académica en la región.

P. Ya dirigió en Cochabamba la primera sinfonía de Mahler, ahora guiará a músicos de Venezuela, Estados Unidos y Bolivia. ¿Cómo ve el movimiento de la música de orquesta en el país?

R. Se está haciendo mucho. Es la quinta vez que vengo. Vine cuatro para conciertos y otra para diplomados de Dirección de Orquesta. Aquí hay una situación ideal que deberían tener muchas ciudades que es el Instituto Laredo, la cantera de donde pueden salir todos estos músicos profesionales del mañana. Hay profesores invitados, pero el grueso son los estudiantes del Instituto, y es un movimiento muy interesante.

P. La música de orquesta tiene sus orígenes en Europa, pero llega a Latinoamérica desde la colonia. ¿Existe un rasgo añadido a este género por los latinos?

R. En la música sinfónica internacional se acaban los pasaportes, las fronteras. Los latinoamericanos le ponemos el rasgo de la riqueza de nuestras regiones, de la música popular, que se transmite a la sinfónica. Nuestra identidad cultural es muy rica, está mezclada con lo indígena, el mestizaje y lo afroamericano. Los músicos latinoamericanos donde vamos tenemos algo que las orquestas europeas no tienen: ese sentido rítmico para hacer música muy llamativa y curiosa para los europeos.

P. ¿Ha encontrado diferencias a la hora de dirigir una orquesta europea y una latinoamericana?

R. No son diferencias por región. Las orquestas son un reflejo de la sociedad en donde están, el grado de madurez cultural que tiene la ciudad o el país, la historia que se tiene sobre la música sinfónica. Por lo general, una orquesta china es igual a la cochabambina. Hay un lenguaje muy universal. Tal vez estén muy desarrollados en la disciplina y el tecnicimo. En Latinoamérica todavía tenemos que luchar por la iniciación musical, por lo general viene muy tarde.

P. ¿Cómo un director puede cohesionar a tantos músicos de diversas latitudes y hacer de ellos una sola voz?

R. El trabajo de un director de orquesta lo comparo con el de un director técnico de fútbol. Cada uno de los músicos tiene que aportar, no se basa en lo que quiere el director. Afortunadamente, todos hablamos el mismo lenguaje. Lo que debe hacer el director es tratar de sacar lo mejor de cada uno, sentir que aporta desde lo individual sin llegar a ser un solista.

P. ¿Cómo está siendo el proceso de formar músicos a temprana edad?

R. Nadie duda DE la necesidad de que el niño empiece el colegio desde pequeño. Algo tan natural como caminar va ligado a la música. Se debe quitar la idea de que uno tiene que ser músico profesional para hacer música.

Naturaleza

“La reacción de una persona ante la música es tan natural como el habla. No necesitas ser músico profesional para hacerla”.