El origen y la evolución del charango data del año 1565

Alfredo Soliz Bejar



Uno de los centros más importantes de las culturas indígenas de América fue Tiahuanacu, núcleo fundamental de la cultura colla-aymara, situado en una parte del altiplano boliviano. Allí se desarrolló una cultura con conocimientos sobre la arquitectura, literatura, pintura, y sobre todo la música en su sistema Pentatónico o Penta modal, ejecutados inicialmente en instrumentos de viento. Según el célebre cronista Felipe Guamán Poma de Ayala, en sus notas, se refiere a un instrumento hecho con barro cocido o de madera ahuecada al que se le llamaba Pututu, que fue el precursor de las quenas, sicus y otros. Cuando los españoles llegaron al nuevo mundo, encontraron una civilización en los habitantes de estas tierras, que junto a su cultura, costumbres y tradiciones, convivían adorando a sus dioses, fueron largos años de una lucha tenaz y resistencia a la imposición, hasta que al fin ante el brutal empuje de ellos se produce un fenómeno de simbiosis, entre la hispana traída por los conquistadores y la nativa o autóctona de los pueblos oprimidos, creándose una mezcla de costumbres y creencias del español a la indígena, que se materializó en parte de su lengua, música, fiestas, etc. Pero en las que primaron y afloraron la supervivencia del alma primitiva.



Origen de los instrumentos de cuerda



Se tiene referencia que uno de los primeros instrumentos de cuerda nativo, fue el “Konkota”, que tiene relación con el origen y la evolución de la vihuela de mano. El pequeño instrumento de cinco y seis cuerdas, fue introducido en la América por los inmigrantes europeos que llegaron a esta parte del continente atraídos por los ricos yacimientos de plata que se explotaban en Potosí -entonces considerada la ciudad mas poblada de esta parte de la América, con más de 160.000 habitantes- tuvo en ella su mayor difusión.



Origen del charango



Existen testimonios acerca de la veracidad del origen y su evolución de este pequeño instrumento que tiene su similitud con la vihuela de mano, y que los hábiles artesanos que habitaban las provincias de Chayanta y Bustillos, más propiamente en las poblaciones de: Colquechaca, Ocurí, Pocoata, San Pedro de Buena Vista, Caripuyo, Uncía y otras, ubicadas en el Norte del departamento de Potosí, Bolivia, transformaron en uno similar, con un sistema propio de cordaje y ejecución, con distinta forma y características. Lo llamaron una veces “Chayancu”- por su origen en la región de Chayanta- también llamado “Ch’ajwacu” del dialecto quechua -por bullicioso- y más tarde derivó en la palabra Charanga y finalmente en Charango. El instrumento extendió su influencia a los poblados vecinos y tuvo su mayor difusión en estas regiones debido a que, tras la conquista, los españoles erigieron el templo de San Miguel de Uncía, donde se celebró una de las primeras festividades religiosas del Alto Perú, hoy Bolivia, aproximadamente en 1565.

Todo este proceso es respaldado con testimonios que dan cuenta de estos hechos, en pasajes escritos por los cronistas de la época, como las Sirenas Charanguistas (Sirenas tocando pequeñas vihuelas) esculpidas en la portada de San Lorenzo, Potosí cuya construcción data del año 1547, y su reconstrucción en 1728, año en que se esculpió dicha portada. Y la de Salinas de Yocalla, ubicada en el mismo departamento, esculpida en 1748 con las mismas características, tal como se establece en el libro “El Charango” de Ernesto Cavour Aramayo publicado por ediciones Cima. Las referencias a los primeros charangos también están en la “Historia de la Música Boliviana” de Atiliano Auza León.