El Museo Nacional de Etnografía y Folklore (MUSEF) habilitó una colección 3D en su página web, una experiencia que permite a los usuarios apreciar una serie de piezas de manera minuciosa.

Una vez en el sitio (musef.org.bo/colecciones-3d), los visitantes tienen ante sí un catálogo de imágenes de los bienes de diferentes culturas bolivianas. 

El cursor —sea táctil o el del ratón del ordenador— permite que se pueda virar y ampliar la perspectiva, y apreciar la pieza desde cualquier ángulo.

“Eso facilita ver esa tridimensionalidad, es difícil manipular una pieza en una exposición real, pero el 3D te deja manipular y así poder viajar a lo interior de la obra, o lo exterior, porque la mayor parte de los objetos, en este caso, está en tres dimensiones”, describió Elvira Espejo Ayca, la directora del MUSEF, resaltando la ventaja de que esta dinámica facilita la conservación de las piezas, que por su antigüedad, no deberían ser tocadas en lo absoluto.

Fue precisamente el potencial dañino del contacto lo que propició el surgimiento de esta propuesta, que se materializó con la pandemia de COVID-19. “Creo que ha sido una propuesta desde la pandemia hasta la actualidad, para que la gente tenga accesibilidad por lo menos en el tema virtual”, puntualizó Espejo.

Sin embargo, el control de la situación sanitaria no significa el cese de esta modalidad. “Justamente era necesario digitalizar en 3D, para que la gente pueda interactuar virtualmente y así no era necesario estar dentro del museo para ver las colecciones”, agregó, sobre las más de 30 piezas que fueron colocadas en esta muestra en línea, que cubren tipos como textiles, cerámica, arte plumario, en madera, y otros.

Los grupos habilitados en 3D son: Trajes y Vestimentas (16 piezas), Máscaras (tres piezas), Alasitas y otras Miniaturas (ocho piezas), Recipientes y Contenedores (cinco piezas) y Bienes Colonial-Republicanos (tres piezas).

“Pero lo más importante que planteamos es poder ver de cerca las estructuras, las técnicas”, resaltó la directora del museo, cuya plataforma también cuenta con videos de recorridos virtuales que simulan una verdadera experiencia de aprendizaje.

AUDIOVISUAL

  MUSEF también pone a disposición audiovisuales que están organizados en dos grupos, los del museo de La Paz y los de Sucre. El primero tiene 14 paseos: Uyway-Uywaña (Crianza Mutua para la vida), Crianza Mutua de la Agricultura en la Isla del Sol, Vistiendo Memorias 2022, Vistiendo la Cabeza 2022, Tejiendo la Vida, Moldeando la Vida, Máscaras, Alianzas de Metal, Damián Ayma Zepita, El Poder de las Plumas, Numismática Boliviana, Infraestructura MUSEF, Lenguajes y Poéticas, y Bienes Culturales.

Y el de Sucre cuenta con cuatro clips de recorridos virtuales: Retablos y Piedras Santos; Prendedores, Topos y Mujeres; Alasitas - Donde Crecen las Illas; e Infraestructura MUSEF Regional Sucre.

El propósito final de esta iniciativa es acercar los bienes culturales del museo a la población, usando la tecnología para llegar a espacios hasta ahora no factibles, como los hogares de los usuarios.

EL MUSEF

Los orígenes del Museo Nacional de Etnografía y Folklore se remontan al Departamento Científico de Etnografía, fundado en 1925 por el presidente Bautista Saavedra. En 1962, el gobierno de Víctor Paz Estenssoro lo renombró como Museo de Arte Popular y Artesanía, y lo puso bajo la dirección de la investigadora Julia Elena Fortún. Desde ese año se instala en su ubicación actual, en el ex palacio de los Marqueses de Villaverde, en La Paz. 

Esta estructura arquitectónica de estilo colonial se construyó en 1730 y destaca por sus patios con arquerías de piedra y su arco triunfal central de medio punto, con escudo heráldico esculpido en piedra; en 1930 fue declarada Monumento Nacional.

En 1974, el museo adoptó su nombre actual y nueve años más tarde, el gobierno de Hernán Siles Suazo dispuso que pase a tuición del Banco Central de Bolivia. Finalmente, desde 1995, junto a otros cinco centros culturales, pasa a dependencias de la Fundación Cultural del BCB.

Entre 1998 y 2004, el MUSEF expandió sus instalaciones y hace poco también se abrió una subsede del museo en la casa Argandoña en la ciudad de Sucre.

El aporte de este centro de ciencias antropológicas bolivianas se visibiliza en la conservación, exposición y difusión del patrimonio material y documental, al igual que en la promoción y publicación de investigaciones.