Lloran muerte de Adrián Araníbar, quien abrió el telón a niños de zona sur
Nacido en La Paz, este artista pasó gran parte de su vida en Cochabamba, haciendo teatro y entrenando en esta expresión a la infancia de zonas marginales.

El maestro del teatro popular Adrián Araníbar falleció, según informaron allegados al querido artista paceño.
Gestor y promotor cultural durante décadas, deja un legado de iniciativas sociales como el proyecto teatral Provocaccion, que proporcionó apoyo a niñas y niños de la zona sur de Cochabamba y de casas hogares e instituciones de beneficencia.
Nacido el 5 de marzo de 1955 en la ciudad de La Paz, fue el tercero de cinco hermanos. Su vida escolar transcurrió en los colegios España y Ayacucho. Una vez bachiller, ingresó a la Normal Simón Bolívar, donde consiguió su título de Literatura.
Posteriormente, estudió Pedagogía en la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA).
Paralelamente a este camino académico, Adrián cultivó su pasión personal por el teatro, que lo llevó a participar de actividades relacionadas al teatro.
De hecho, fue en el Laboratorio de Teatro de la UMSA que conoció al admirado actor Raúl Beltrán, quien se convertiría en su gran amigo y socio en futuras aventuras culturales.
“Nuestros destinos se cruzaron. A partir de eso fuimos inseparables en el teatro (…) Fundamos el Teatro Del Purgatorio. Juntos recorrimos buena parte del país y el continente cumpliendo una misión que él la tenía clara: llevar el teatro a las escuelas, a los mercados, a las calles, a las fábricas, a los teatros grandes también, como decía”, recuerda Beltrán.
A fines de los 80, plantando las semillas de su propio grupo teatral, “Provocacción”, organizaron dos eventos de arte en el departamento de La Paz, montaron la obra “La panadería” y desarrollaron una gira por Bolivia.
Durante la siguiente década, Araníbar continuó participando en las distintas versiones del Festival de Teatro Popular, y llevando obras —infantiles y de temáticas como la violencia— a festivales en el interior del país y en Chile.
Ávido a los viajes, se encontró en Cochabamba, donde se instalaría permanentemente para formar redes comunitarias con las que desarrollaría más proyectos artísticos.
Uno de los aspectos que más rescata de la labor de Araníbar es su compromiso con los “pajaritos”, que era como se refería a los niños, especialmente a aquellos de los rincones olvidados.
Así, a mediados de los 90, empezó a involucrarse con organizaciones de apoyo a la infancia, sobre todo Aldeas Infantiles S.O.S.
El 2003, acompañado de Provocacción, desarrolló el taller de Teatro del Oprimido de Augosto Boal, en La Paz. Dos años después, realizó el primer Festival de Arte Callejero en Cochabamba.
El 2010 fundó el Proyecto de Teatro Estrellas de Sur, dirigido a niñas y niños de la villa Sebastián Pagador, al sur de nuestra ciudad.
En los siguientes años, continuó apoyando a la comunidad con talleres de expresión teatral y cuenta cuentos; uno de ellos en el Centro de Acogida Ciudad de Los Niños y otro en Santiago de Moxos, Beni.