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  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
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FUERON DONADOS A PROFESORES DE FÍSICA

Kits enseñan la cultura astronómica de Tiahuanaco desde su templo

El proyecto Astro3DBol busca difundir esta milenaria ciencia junto con la Fundación San Agustín, con el plan de emplazar ocho domos alrededor de Cochabamba.
Un telescopio en exposición.          DICO SOLÍS
Un telescopio en exposición. DICO SOLÍS
Kits enseñan la cultura astronómica de Tiahuanaco desde su templo

La astronomía es una de las ciencias más antiguas de la historia. La inquietud por observar los cuerpos celestes y su influencia en el entorno son casi tan antiguas como la humanidad, siendo ejemplos claros su desarrollo en Egipto, Mesopotamia o en el imperio Maya. En esta región del mundo, sobresalen los estudios desarrollados por la cultura tiahuanacota a través de su templo de Kalasasaya, una estructura de dos hectáreas en la que se verificaban con exactitud los cambios de estaciones y el año solar de 365 días. 

El proyecto Astro3DBol, junto a la Fundación Educación San Agustín (FESA) y la Oficina de la Astronomía para el Desarrollo (OFD) y con financiamiento internacional, ha fabricado unos kits educativos en 3D que con la luz del celular se puede enseñar el funcionamiento del sol en las puertas del templo y otros fenómenos astronómicos. Así se puede simular los equinoccios cuando el sol nace por el centro de la puerta principal de ingreso, al solsticio de invierno con el son naciendo en el ángulo noreste y el solsticio de verano que se marca con el nacimiento del sol en el ángulo sureste. 

Fueron presentados la semana pasada en un taller de siete horas en el que enseñaron su funcionamiento a 75 participantes, la mayoría profesores de física, pero también directores de colegios y otros aficionados a la astronomía. Se regalaron los kits a los estudiantes que impartirán lo aprendido en escuelas fiscales, de provincias, de colegios particulares, etcétera. 

“Todo el concepto se desarrolló aquí, es producto de un trabajo muy largo y fuere por parte del director del programa, Gabriel Jaimes, y de todo su equipo de voluntarios y otra parte del equipo pagado por la Fundación. El objetivo es enseñar la cultura astronómica”, apuntó Roberto Figueroa, director de la Fundación Educación San Agustín, que lleva 30 años de funcionamiento potenciando diferentes ciencias, la astronomía entre ellas.

Añadió que con los kits además de promover “la capacidad para enseñar astronomía en clase a través de la arqueoastronomía”, se revalorizará el patrimonio cultural tahuanacota a través del objeto que es una representación arquitectónica de Kalasasaya, permitiendo estudiar los movimientos del sol, solsticios y equinoccios con interacciones visuales, táctiles y luz artificial. 

HACIA EL EMPLAZAMIENTO DE DOMOS La Fundación Educación San Agustín ha intensificado sus labores para la difusión y producción de la astronomía, entre sus resultados se encuentra el observatorio astronómico de San Agustin, equipado con donaciones del exterior, principalmente de la Unión Astronómica Internacional (IAU). “Tenemos equipamientos, tenemos telescopio y ya tenemos un ambiente específico designado para el observatorio, estamos detrás del financiamiento de conseguir el primer domo de siete que estarán en Cochabamba”, resalta Figueroa.

El observatorio está emplazado en la terraza del bloque más grande del colegio San Agustin, en la zona de Tupuraya. Ya ha comenzado con sus actividades científicas y se espera que ahí se erija el primer domo que hace parte de un magno proyecto que pretende convertir a la ciudad en una sede de observación de fenómenos astronómicos. 

“El proyecto pretende instalar siete domos alrededor de toda Cochabamba, de forma técnica. Uno que este en el trópico, otro en el Valle Alto, uno en el Cono Sur y otro en la región andina, y el resto de los cuatro en la ciudad. Es posible, si la Universidad Privada Boliviana (UPB) se termina de subir al carro, que el segundo domo termine ahí. Estamos empezando todo el proyecto, no hay lugares definidos, estamos a la espera de la unión de otras instituciones”, explicó Figueroa. 

Todos los domos estarían conectados, albergarían características diferente y aprovecharían las bondades unos de los otros, tanto en aspectos tecnológicos como geográficos. “Al ser un observatorio remoto puede dar acceso a colegios, universidades y unidades educativas fiscales para que puedan, a través de una conexión, realizar actividades académicas o podemos hacer un broadcasting a medios digitales de eventos astronómicos de un eclipse, por ejemplo, donde algún medio digital se puede conectar al observatorio y transmitir el fenómeno en vivo”. 

El principal reto de la iniciativa es el financiamiento para un hito, que, por el tamaño de su aporte, no resulta caro, con un valor estimado de 12.000 dólares. “Tocamos la puerta de la cooperación canadiense y no se dio, hicimos lo mismo con empresas gubernamentales, de la Alcaldía, Gobernación y no se dio para el momento, ni siquiera materiales donados de parte de la Cámara de Construcción”, lamentó Figueroa. 

LA ASTRONOMÍA EN BOLIVIA No existe un desarrollo científico o académico como tal en esta milenaria ciencia, su difusión en el país se limita a asociaciones o clubes. No existe una carrera de astronomía ni un programa de maestría. En el caso de los expertos que hay en el país, fueron formados en alguna ingeniería a nivel nacional y tuvieron que cursar estudios de postgrado en el exterior. 

A nivel Cochabamba, se puede mencionar el club de astronomía en la Universidad de San Simón, el club de astronomía de San Agustín o el club Ícarus, mientras que a escala Bolivia es visible el trabajo de la Asociación Boliviana de Astronomía de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA).

“Escasean herramientas de trabajo tecnológicas, que son especialmente caras y de difícil acceso. Ahora, si te digo que te compres un telescopio y te doy 3 mil dólares no sabrías donde ir, no está difundido, no hay un desarrollo, ni académico ni en herramientas. La idea es que podamos hacer eso, financiar y tener esas herramientas distribuidas en los siete domos, una difusión de la ciencia y un desarrollo de la misma”, finalizó Figueroa.