El poder y la fuerza de los Andes se volvieron a sentir este sábado en las calles de La Paz con un despliegue de colores, música y entusiastas danzarines devotos del Señor Jesús del Gran Poder para estrenar el título de Patrimonio de la Humanidad de esta festividad, postergada por dos años por la pandemia.

Más de 60.000 danzarines agrupados en 76 fraternidades recorrieron bailando danzas folclóricas los ocho kilómetros desde la populosa zona Garita de Lima, en el noroeste paceño, hasta terminar en el Parque Urbano Central.

La fiesta fue encabezada por un grupo de "amautas" o sabios aymaras que realizaron un ritual ancestral de agradecimiento a la Pachamama al llegar a las puertas del templo de Jesús del Gran Poder. Tras ellos estaban el alcalde de La Paz, Iván Arias, junto a representantes de los folcloristas paceños y otros funcionarios municipales.

El alcalde destacó que la ciudad se preparó desde el año pasado para esta celebración, que es especial porque vuelve después de dos años y supone el estreno de su inscripción como Patrimonio Cultural e Inmaterial de la Humanidad logrado a fines de 2019.

El requisito principal fue que bailarines y músicos estén inmunizados contra la COVID.