Los organizadores del Festival de Cine de Oruro Diablo de Oro han decidido expandir el evento en su octava edición, aumentando el número de sedes y películas. En esta versión algunas de las proyecciones se realizarán en las localidades de Chipaya, El Alto y La Paz.

El evento se desarrollará del 22 al 25 de enero, siendo su principal centro de proyecciones el MultiCines Plaza. En total se exhibirán 18 películas entre bolivianas y latinoamericanas y 30 cortometrajes seleccionados de 320 postulantes, informó el fundador del festival Juan Pablo Ávila. 

Como objetivo, el Diablo de Oro se propone ser una plataforma para el cine boliviano, enseñando lo más relevante de la producción nacional. De esta manera, el evento se abrirá a las 19:00 horas con los filmes “Altiplanos” de Nayra Antezana y “Fuertes” de Óscar Salazar y Franco Traverso. 

Otras de las películas nacionales que serán proyectadas son “Anomalía” de Sergio Vargas Paz, “Wiñay” de Álvaro Olmos, “Marcha de Órdenes” de Sergio Gareca y “Mar negro” de Omar Alarcón, por mencionar a algunos. Entre los cineastas que estarán presentes con charlas y conversatorios se destaca a Miguel Hilari, quien estará presente con su documental “Compañía”, Claudio Araya (“Lo peor de los deseos”) y Viviana Saavedra productora del largometraje “Cuando los hombres se quedan solos”, quien tuvo que finalizar la película en la fase de postproducción tras la muerte del director Fernando Martínez.

Como invitado internacional estará presente el director artístico argentino Fausto Balbi, programador del Festival Internacional de Cine Documental de Buenos Aires y gestor del medio especializado CineramaPlus.

La programación completa puede ser vista en www.orurofilmfest.com. 

El Diablo de Oro tenía programado su octava versión para noviembre del año pasado. No obstante, por los conflictos vividos en el país se postergó a enero de este año, sin descartar que se celebren dos ediciones este 2020.

VERSIÓN MÁS DIFÍCIL El coordinador del festival Ávila indicó que esta es la versión más difícil de gestionar del Diablo de Oro desde que se realiza de manera ininterrumpida desde 2015 debido al aumento de sedes y cantidad de películas.

“Hacer un festival de cine en Oruro requiere el doble de esfuerzos. Es una ciudad donde todos sus nichos culturales están orientados al Carnaval. El apoyo estatal es nulo, a esto se suma la falta de apoyo del gremio; jamas hemos sido invitados a ninguna cita del cine boliviano”.