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  • Diario Digital | viernes, 19 de abril de 2024
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Feminiflor, la desaparecida revista pionera del feminismo escrito en Bolivia

Portada de Feminiflor la desaparecida revista pionera del feminismo escrito en Bolivia./ EFE
Portada de Feminiflor la desaparecida revista pionera del feminismo escrito en Bolivia./ EFE
Feminiflor, la desaparecida revista pionera del feminismo escrito en Bolivia

La voz crítica de las mujeres, las fechas históricas contadas desde una visión femenina o el aporte de pioneras como Amalia Villa de la Tapia, la primera aviadora boliviana, fueron algunos de los contenidos de Feminiflor, una revista ya desaparecida que abrió brecha para las publicaciones que reivindicaron la igualdad a principios del siglo XX.

El pasado 25 de mayo se cumplieron 101 años desde la primera publicación de esta revista gestada, dirigida, escrita y distribuida por las entonces jóvenes bolivianas Bethsabé Salmón, Laura de la Rosa Torres y Nelly López, explicaron a Efe las investigadoras y críticas literarias feministas de Utama Comunidad de lectores Montserrat Fernández y Daniela Escobar.

Para Fernández, la revista se puede considerar "un hito histórico y literario" porque sus creadoras "utilizan la escritura como arma para salir al espacio público" en un contexto en el que las mujeres estaban relegadas al hogar y se las tenía casi al nivel de un menor de edad, sin autonomía y bajo la tutela de algún varón.

También destacó las crónicas o entradas de diario donde ellas describen lo que observan y hacen una crítica "un tanto velada" a la sociedad que apela, por ejemplo, al humor para "deconstruir el discurso hegemónico de la época", comentó Fernández.

Para Escobar, uno de los principales legados de Feminiflor es "este reconocimiento de la capacidad" que tienen las mujeres para escribir, para decir algo que "puede salir a la esfera pública y puede colaborar al progreso del país".

"Hasta ese entonces se pensaba que el único aporte de la mujer era la crianza de los hijos y ellas están tratando de demostrar que no", remarcó.

CONTEXTO HISTÓRICO

Jóvenes de clase media e "hijas" de la reforma educativa liberal y "afrancesada" de principios del siglo XX en Bolivia, así describen a las gestoras de Feminiflor Fernández y Escobar, que realizan una investigación de "rescate y visibilización" de las primeras mujeres periodistas en Bolivia con apoyo del Fondo Apthapi.

Esa reforma planteaba una modernización a partir de "occidentalizar y castellanizar" sobre todo a los indígenas, pero las mujeres dijeron entonces que "modernizar no solamente es ver lo occidental" sino dejar que ellas gesten pensamientos y movimientos que salgan al ámbito público, explicó Fernández.

La cuna de Feminiflor está en Oruro, la ciudad andina que en la década de 1920 se proyectaba como una metrópoli con una creciente actividad cultural, pues era lugar de paso entre las minas y los puertos de exportación y recibía a muchos extranjeros.

El contexto femenino era distinto al de fines del siglo XIX, pues ya habían irrumpido las "flappers" con la nueva moda que corta los vestidos y cabelleras, y la feminidad "se empieza a modernizar", comentó Escobar.

El trío tiene una actitud abierta, pero se dan cuenta de que no tienen un espacio donde expresarse "con mucha más libertad", y así es como gestan la revista que se convierte en su "voz" en un mundo en el que las mujeres son "invisibles", acotó.

REFLEXIÓN Y SÁTIRA

Feminiflor era mensual y tuvo 2 etapas, la primera con un formato de periódico estándar y la segunda, a partir de los números 8 o 9, ya como revista y con un pensamiento feminista conservador.

Las publicaciones rescataron algunos personajes femeninos de la época, como las poetisas Lindaura Anzoátegui y María Josefa Mujía, o el movimiento de maestras.

También escriben sobre la importancia de que las mujeres se eduquen y en otros artículos hacen un llamado "a la movilización" femenina a través de la escritura, que halla eco en publicaciones en otras regiones bolivianas, como Iris en Cochabamba, Periquita en Tarija o Ideal Femenino en La Paz, según Fernández.

Además dedican algunos números a las fechas cívicas importantes rescatando siempre el papel de la mujer y reclaman el acceso al voto y al trabajo, en consonancia con los movimientos continentales y mundiales en ese sentido.

Los primeros números fueron elogiados, aunque pronto surgió la crítica masculina que pretendía enseñarles "cómo hacer una revista", u otras mujeres que les reclamaron porque no estaban en sus casas cuidando de sus familias, a lo que ellas respondieron con humor y reflexión.

LAS INVISIBLES

El último número de Feminiflor, el 25, salió el 23 de agosto de 1923 y se desconoce exactamente por qué se dejó de imprimir la revista.

El auge posterior de publicaciones femeninas se diluyó tras la guerra del Chaco, librada contra Paraguay, y no se volvió a hablar de Feminiflor hasta 1977, cuando el Círculo de Mujeres Periodistas hizo un homenaje a la revista.

El nombre volvió a sonar después de mucho en la reciente Feria del Libro de La Paz, que bautizó a una de sus salas como Feminiflor.

Acceder a los originales de la revista es casi una proeza, sobre todo de los primeros números.

Algunas publicaciones están en los archivos históricos de Sucre y Oruro y también hay copias en la Biblioteca de la Mujer "Adela Zamudio", del Instituto de Investigaciones Sociológicas de la universidad estatal de La Paz, mientras que en la página de Utama están disponibles 16 números digitalizados.

Fernández cuestionó que hitos femeninos como Feminiflor hayan sido "invisibilizados" por el discurso "androcentrista" que prima en todo.

Escobar lamentó que "lo usual" sea que la obra de las mujeres "sea anecdótica" y que sean ellas mismas quienes deban desenterrarla del olvido.