Opinión Bolivia

  • Diario Digital | martes, 23 de abril de 2024
  • Actualizado 03:42

Estudio de grabación en Cochabamba apuesta por el registro analógico del sonido y busca impulsar la creación de vinilos

El registro sonoro por excelencia viene siendo potenciado y revalorizado por el mercado europeo generando un eco en países de Latinoamérica como Chile, Argentina y Bolivia
El sonidista Kevyn Gutiérrez en su estudio de grabación analógica. Vintage Studios
El sonidista Kevyn Gutiérrez en su estudio de grabación analógica. Vintage Studios
Estudio de grabación en Cochabamba apuesta por el registro analógico del sonido y busca impulsar la creación de vinilos

El mundo del sonido, en Latinoamérica principalmente, ha mutado al registro digital debido a sus facilidades técnicas y económicas. Sin embargo, Vintage Studios, un espacio de grabación sonora en Cochabamba, apuesta por registro analógico del sonido ya que es el único lugar en el país que revaloriza el trabajo de la ingeniería de sonido del pasado siglo.

En contacto con OPINIÓN, el ingeniero de sonido y dueño de Vintage Studios, Kevyn Gutiérrez, afirmó que este proceso sonoro es la ingeniería del sonido en su máximo esplendor y comentó un poco sobre los pasos que se requieren para grabar como lo hacían en los años dorados de 1960 hasta inicios del presente siglo.

“La grabación en cinta es un proceso magnético en base a voltajes, este procedimiento, como se lo hacía en los años 60s, 70s, 80s, 90s e inicio de los 2000, pasa por diversos filtros analógicos para lograr el registro más fiel en la cinta o también llamado reel de grabación. Dentro del proceso se aplican filtros, como ecualizador, limitadores con puertas de ruido y otros procesos que hacen que cuando el sonido llegue a la cinta pues llegue con la mayor calidad posible”, explicó Gutiérrez.

El resultado analógico es completamente reconfortante ya que no solamente es más fiel y cálido que el proceso digital, sino que permite registrar no solamente la energía y fluidez de los instrumentos o equipos, sino también de los intérpretes, según el ingeniero de sonido.

“Esta no es una afirmación newage ni algo metafísico o filosófico, está científicamente comprobado que en el momento de registrar el sonido con los procesos y equipos analógicos se capta la energía de quien los interpreta, es por eso que los discos de los años 60s y 70s nos parecen tan únicos y con esa esencia musical y artística que esta difícil definir”, afirma el dueño del estudio.

Además, la diferencia del proceso de sonido analógico es que es más natural, tiene una compresión natural, por ejemplo, grabar una batería en un “reel” abierto logra un sonido más amplio y profundo, la naturalidad es la diferencia con la grabación digital, afirma Gutiérrez.

Para realizar el registro analógico se necesita un grabador multipista, un tablero que incluye diversos “tracks” o entradas de audio, que es donde se conectan los instrumentos o micrófonos que captan la salida de audio de, por ejemplo, una batería o un amplificador. Este proceso pasa por una serie de filtros ya mencionados, supresores de ruido, compresores, etc., para finalmente llegar a la cinta de grabación o reel. Una vez logrado el producto se materializa ya sea en un disco, cassette o vinilo o cd compacto, aunque Vintage Studio, ofrece el servicio de digitalización para conseguir el registro en formato digital.

VOLVER A LOS VINILOS

Uno de los objetivos a mediano plazo que tiene el estudio es fabricar nuevamente discos de vinilo a gran escala junto a la empresa Vortex, fabricantes de las máquinas de prensado de los discos “maestros”, también conocido como el disco de vinilo mediante el cual se realizan las copias.

El proyecto comienza a tomar forma y junto a bandas locales se pretende impulsar una serie de grabaciones llamadas “Desde la cinta”, un emprendimiento que busca grabar a agrupaciones locales y calcar el registro sonoro en un disco de vinilo bañado en bronce, el disco “maestro”.

“El objetivo es realizar grabaciones a grupos de forma completamente analógica y demostrar que este mundo está tan vigente en el país como lo está en Europa, también estamos haciendo un corte en vivo de un disco maestro para la producción de discos vinilos, con una máquina que se crea acá en Cochabamba. La idea es mandar este master, en tiempo real, a una fábrica que haga el estampado de los discos de vinilos. Estas fábricas se están creando acá en Bolivia y eso es muy interesante”, explicó Gutiérrez.