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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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ESTARÁ LISTO PARA LA FIL DE SANTA CRUZ

Escritores de terror de 11 países se reúnen en antología de Kipus

El escritor boliviano Daniel Averanga ha trabajado durante siete años para ofrecer un panorama del género a través de más de 30 autores en “Doble filo”. 
Portada de “Doble filo”,  con una ilustración de Edwin Álvarez.          KIPUS
Portada de “Doble filo”, con una ilustración de Edwin Álvarez. KIPUS
Escritores de terror de 11 países se reúnen en antología de Kipus

Siendo uno de los pocos representantes actuales bolivianos del terror en la literatura, el escritor alteño Daniel Averanga ha decidido difundir, discutir y producir el género — no solo en el país, sino en toda la región — con una antología, “Doble Filo”, que congrega a más de 30 autores de 11 países. 

Después de haber ganado el Premio Municipal de Novela Marcelo Quiroga Santa Cruz con “La Puerta” (tal vez la única obra de horror vencedora en 16 años de premio), Averanga se puso en marcha estableciendo contactos con los autores extranjeros. El trabajo de seis años dio sus frutos y consiguió relatos para la antología (algunos inéditos otros ya publicados) de escritores de la talla de Mario Bellatin (Perú-México), Samantha Schweblin (Argentina) o Jorge Boone (México), por mencionar algunos. 

Mientras que los representantes bolivianos son Guillermo Ruiz, Claudio Ferrufino, Rodrigo Urquiola, Wilmer Urrelo, Miguel Ángel Gálvez, Ayda Ruth Castillo, Álvaro Vásquez, Jaime Nisttahuz y Corven Icenail. También se incluyen en la compilación escritores de Paraguay, Panamá, Cuba,Ecuador, Uruguay, España y Venezuela. Cada uno de los cuentos está acompañado con una biografía del autor y un comentario de Averanga. 

El libro ya está terminado y solo falta que Kipus (la editorial cochabambina a cargo de la publicación) empiece a imprimir el libro, y estará listo para la Feria Internacional del Libro de Santa Cruz que se desarrollará del 1 al 11 de junio. “Fue una labor de vasos comunicativos, llegaba a unos autores y estos después me recomendaban a otros. Con algunos hablé por Skype, otros Messenger y Whatsapp; me ayudaron con los contactos Urquiola, Ruiz Plaza y Liliana Colanzi”, comenta Averanga, quien también llegó a algunos representantes internacionales del género a través de otras antologías en las que fue publicado, como son los casos con el paraguayo Javier Viveros (con quien compartió espacio en la antología “Mar Fantasma”) o el ecuatoriano Jorge Luis Cáceres en un homenaje a Stephen King. 

“Es un capricho, pero también una intención de que se pueda reintegrar a Latinoamérica desde este género que vale la pena”, comentó Averanga, de quien también se espera este año — y también a través de Kipus — “El aburrimiento del Chambi y otros cuentos clandestinos”, una compilación de 10 de sus relatos cortos galardonados en los últimos 15 años. 

TERROR ¿UN GÉNERO MENOSPRECIADO? “La literatura también puede ser despelote. La calidad no tiene por qué meterse con los géneros, si es gore, pornográfico, terror, sino si está bien escrito”, afirma el autor de “La cábala coral”. Crítica que muchas veces se “cofunde” lo serio con el drama, y que no solo se aplica al campo literario, sino a otras disciplinas artísticas, como el cine, por ejemplo. 

Añade que el francés, italiano e inglés suelen considerarse como los pilares fundamentales de la literatura de horror; sin embargo, el español tiene una larga tradición con el género que no siempre se visibiliza.

“El español, al ser un idioma pasional, transmite fácilmente las leyendas y tradiciones, rumores y chismes oscuros. La tradición oral en Latinoamérica es muy diversa y el español ayudó a que cobren fuerzas; los relatos tradicionales de los pueblos originarios traducidos a nuestro idioma han permitido que se crearán muchas leyendas combinas, “mestizas”, digamos, que hasta ahora influyen”, comentó al tiempo de citar como ejemplos el mito guaraní del ave guajojó, relacionado al mal agüero o la bestia mapuche el cuero, ente marítimo que consume todo a su pasó y en el que Stephen King se basó para escribir su cuento “La balsa”. 

Así, la antología no solo se nutre de cuentos urbanos — haciendo parte de este grupo “Los caminos internos” del argentino Luciano Lamberti o “El horóscopo dice” de Antonio Ortuño, por citar un ejemplo — sino también de leyendas orales “mutadas”.