La obra literaria “El Loco” de Arturo Borda (1883-1954) vuelve a ser reeditada de manera íntegra tras 55 años, después de su primera y única edición, hasta el momento, en 1966. El libro es una pieza mastodóntica, escrita en tres volúmenes de 1.659 páginas, que fusiona poesía, narración y ensayo. 

A pesar de que el ministerio de Culturas publicó una versión en 2013, como parte de las 15 novelas fundamentales de Bolivia, se trataba de una antología de “El Loco”, que, por su extensión, era compleja editar de manera completa. Ahora, la Secretaría de Culturas de La Paz realizó la labor pendiente, lanzando una edición de un solo volumen.

La edición y diagramación ya han sido finalizadas, y solo se espera que se termine de imprimir, proyectando a ser presentada en marzo, según contó a OPINIÓN Miguel Pecho, miembro del consejo editorial de la reedición de “El Loco”. Pecho contó que se tomó como base la edición de 1966, ya que los manuscritos se encuentran extraviados. “La versión original tenía un montón de erratas que no son atribuidas al autor. Las hemos corregido, uniformado la tipografía y añadido fotografías de su obra”, contó Pecho. 

El lanzamiento estaba inicialmente previsto para la semana de la Literatura y Letras Paceñas; sin embargo, algunos retrasos de imprenta prolongaron la presentación hasta marzo. No obstante, hay varias actividades dedicadas al polifacético Borda: mañana, a las 19:00 horas, en el Facebook Live de La Paz Culturas, habrá un conversatorio con el historiador de arte Pedro Querejazu, Guiomar Mesa (hija del matrimonio Mesa-Gisbert, quienes prologaron la edición de 1966) y Roberto Borda (sobrino-nieto del pintor); antes de eso, a las 16:00, se proyectará el corto documental “Borda y su obra”, dirigida y producida por Miguel Estellanos. 

La producción audiovisual reúne las pinturas más representativas de Borda, acompañadas de una narración, que, en algunos tramos, toma los propios testimonios del intelectual y artista paceño en primera persona, tomando como base sus escritos. “Borda no era importante porque era loco, sino por su pensamiento que aportó a la reivindicación de nosotros, de lo boliviano, de lo aymara, de lo quechua y de las montañas. No era indianista, tenía un pensamiento muy propio; anarquista que trabajó en la conformación de la Organización Sindical en Oruro, que dio paso después a la Central Obrera Boliviana. Tiene un pensamiento social y político que va más allá de la personalidad”, comentó Estellanos.