Sonidos naturales de aves, naturaleza, bosques, arena y madera tallada, entre otros, son los nuevos elementos con los que se ahora puede lograr una experiencia más inmersiva en la exposición permanente “Diálogos con la madera” del importante e influyente escultor cruceño Marcelo Callaú en el Centro de la Cultura Plurinacional de Santa Cruz (CCP).

El trabajo auditivo fue realizado por el colectivo de arte sonoro Sur Aural y acompaña las visitas desde el 11 de diciembre. La curadora del CCP, Andrea Hinojosa, cuenta que existen tres formas de visitar y ser parte de esta experiencia. Una, a la que se puede acceder desde cualquier parte del país, es a través de la página web ccp.org.bo, entrando al recorrido de 360 grados “Diálogos con la madera”, que puede ser acompañada con sonido.

Las otras dos maneras requieren de una visita física, una a través del sonido ambiente dispuesto en la sala y la otra, de forma personal, donde el espectador adquiere con un código QR el acceso al audio y puede realizar el recorrido con audífonos.

“Te cambia la percepción de una sala de exposición. Mucha gente viene de una forma predispuesta que puede ser cambiada por esta nueva experiencia que te puede generar otro tipo de percepciones. Lo que Sur Aural ha hecho es generar un acercamiento entre la obra y el espacio, a todo lo que es el oriente boliviano”, resaltó Hinojosa, recordando que todo el trabajo de Callaú se hizo en base a la madera, y por ello esa conexión directa con los bosques del oriente.

El Colectivo Sur Aural está dedicado a promover la escucha activa, la investigación y prácticas artísticas vinculadas al fenómeno sonoro; siendo fundada en 2019, en Santa Cruz. Este año fueron partes de la decimocuarta versión del Festival de Arte Sonoro Tsonami 2020, que se realizó de forma virtual, por la emergencia de la pandemia del coronavirus. Es la primera vez que trabaja con el CCP y para una exposición de artes plásticas, adaptando una exposición ya curada por otra persona. El CCP expone de manera permanente la obra de Callaú, abarcando las décadas de los 80, 90 y principios de los 2000, con más de 27 obras disponibles. El artista cruceño, fallecido en 2004, estudió en Francia y Bélgica, donde aprendió la técnica escultórica del bronce, que no volvió a practicar en su vuelta a Bolivia, dedicándose íntegramente a la madera. Fue promotor y profesor del Taller de Artes Visuales (TAU) de Santa Cruz, donde enseño desde 1975 hasta la fecha de su muerte