Escritores y autores publicados por la editorial Plural lamentan el cierre de su librería en Cochabamba, advirtiendo de un “fracaso común”, en el que se evidencia una sociedad con “poco hábito” lector; sin embargo, el sello literario continuará ofreciendo su vasto catálogo a través de ventas en línea, un método que ha permitido a las casas editoras nacionales a subsistir.

Iván Gutiérrez, escritor ganador del Premio Nacional de Noveles Escritores y cuya novela “La fogata” (2014) fue publicada por Plural, indicó que el cierre de la librería tiene que ver un problema que se acarrea hace años, pero se aceleró en los últimos cinco. Habla de un problema “estructural” en cuanto al descuido de promover el consumo del libro, “ya sea en el ámbito académico o de placer; que a la vez se traduce en un abandono por incentivar las experiencias y los espacios que promueven cultura”.

Por su parte, el periodista cultural y crítico de cine, Santiago Espinoza apuntó de un sentimiento de “fracaso común”, en cuanto la población cochabambino no contribuyó a que una librería tan importante como Plural se mantenga de pie. “Nos recuerda que somos una comunidad que lee poco, que valora muy poco los libros, la palabra escrita”, apuntó uno de los cuatro autores, junto a Alfonso Gumucio Dagron, Andrés Laguna y Carlos Mesa de “Historia del cine boliviano 1897-2017”, publicado justamente por Plural.

La tienda de libros de Plural en Cochabamba tuvo que cerrar el pasado viernes al no poder solventar los alquileres adeudados — al ser las bajas ventas una constante provocada por la pandemia y el confinamiento obligatorio causado por la COVID-19 — y no hallar una solución con la Universidad Mayor de San Simón (UMSS), cuya Facultad de Ciencias Sociales era dueña del inmueble ubicado en la calle Nataniel Aguirre. Sin embargo, el propietario de la tienda en la ciudad y representante de la editorial en la Llajta, Bernardo Quiroga, informó que continuará vendiendo los libros a través de la modalidad de tienda virtual y realizando envíos desde su domicilio. 

Es el método que muchas de las editoriales nacionales emplean para poder sobrevivir en un contexto de poco consumo literario y de libros, abaratando costos fijos como los del alquiler. El Cuervo ofrece su catálogo en línea mediante su página web editorialelcuervo.com; el sello 3600, encargado de publicar al Premio Nacional de Novela, vende sus obras a través de la tienda virtual de venbo.shop; Nuevo Milenio dispone sus libros en diferentes librerías de la ciudad; siendo Kipus la única casa editorial nacional que cuenta con una tienda física en Cochabamba. 

“Si mantener el local en el centro se ha vuelto caro, insostenible, por el alquiler o la inexistencia suficiente de la demanda de lectores, habría que apostar a ser una venta más virtual, como están siendo algunas editoriales más pequeñas, que no tienen librerías, pero han desarrollado una logística que les ha permitido hacer envíos a distancia y ofrecer formatos digitales, sin dejar de participar regularmente en ferias y en otras instancias de exhibición y venta de libros”, comentó Espinoza. 

Quiroga envía el catálogo completo de Plural en Cochabamba y realiza envíos a toda la ciudad, consultando con su número 7072262. Del mismo modo, abrirá una página en Facebook en los próximos días. El escritor y docente José Antonio Valdivia, quien publicó en 1998 con Plural “Jorge Ruiz: Testigo de la realidad” — que fue reeditado para su difusión masiva en el marco del Festival de Cine Iberoamericano de Huelva, España en 2003 —, además de otros títulos como “La balada del hombre común” (2008) y “El Dragón de Komodo” (2020), sostuvo que el cierre de la librería es una perdida “inestimable para la ciudad”. 

Pidió que la sociedad tomé como mensaje que “el apoyo a una librería como Plural es importante y decisivo para la producción intelectual del país”. “Pedir a los lectores de Cochabamba y del país que, pese a la crisis, apoyen la producción intelectual boliviana. ¿Y cómo? Comprando los libros de Editorial Plural, que es la más prestigiosa del país y difunde generosamente a escritores e intelectuales bolivianos, tanto en el ámbito nacional como internacional”, sostuvo. 

OTRAS SOLUCIONES Para Gutiérrez la particular situación actual de la pandemia exige que se piense en una gestión de contención para este tipo de proyectos. “Es urgente pensar en una especie de fondo editorial de resccate, en el que deben intervenir las instituciones del Estado y a la vez, crear lazos para el trabajo conjunto, principlamente con la universidad estatal por sus característas tan propias, para solventar programas que esté relacionados a la publicación de investigaciones de colecciones de específico orden coyuntural y que puedan servir para crear lazos de lectura con otras instituciones académicas, que también han sido golpeadas por la actualidad”, concluyo.