Público y prensa se vieron seducidos con los gigantescos cuadros en los que el artista plástico de 30 años, Cristian Laime, representaba con perfección técnica a la mujer chola cubierta de plástico en parajes hipnóticos. Aquella exposición, nombrada “Mama Plastic/Pachamama”, se desarrolló el pasado marzo en el Museo Nacional de Arte (MNA) de La Paz y potenció aún más el nombre del pintor alteño que ya lleva a sus espaldas un número importante de premios, como el Gran Premio del Salón Pedro Domingo Murillo (2018) o el primer lugar en Pintura del Eduardo Abaroa (2012), entre otros.

Ahora, por primera vez la obra de Laime se podrá ver en Cochabamba, gracias a la exhibición “Sagrada venus” que se ha montado en la sala de arte contemporáneo del centro cultural Fearless (calle Huallparrimachi No. 1850), inaugurada anoche y disponible hasta finales de mes. Está conformada por 15 obras que alcanzan hasta los dos metros de tamaño y que incluyen piezas inéditas como otras que ya fueron mostradas en la exposición del MNA. 

Si su más reciente muestra en la sede de Gobierno intentaba generar una “conciencia ambiental y social sobre el uso excesivo del plástico”, en esta se puede ver una narrativa acerca del valor simbólico y espiritual de la mujer en las culturas, fusionando la mitología femenina del viejo y el nuevo.

“Creo que no es un proceso nuevo, es más, se viene dando desde hace siglos, desde la llamada conquista de América. El sincretismo cultural ha sido eje fundamental  para las culturas contemporáneas de nuestro continente, hacer analogías, entre los simbolismos religiosos y mitológicos es una práctica muy interesante, que te hace pensar que, en el fondo, ciertos aspectos son comunes, solo cambia el concepto, claro ejemplo fue asociar a la virgen María con la Pachamama y otras deidades precolombinas. Es cierto que así se asimiló la religión europea en América y fue más sencillo; hay historias de sirenas en Europa, y hay mitos parecidos en los andes del lago Titicaca”, comentó Laime sobre el mestizaje de las tradiciones y su representación en el arte. 

Como él mismo apunta, es recurrente encontrar en su trabajo las analogías entre la mitología helénica u occidental con la aymara y andina. Un ejemplo es la pintura en la que asoció a la Virgen María con un cuadro colonial potosino y que además está vestida con un manto de plástico, o en el que una venus griega toma la forma de una mujer de pollera. 

Sin duda, uno de los aspectos más atractivos de la obra de Laime, que se combina con la perfección figurativa, son los imponentes tamaños de sus pinturas, que son trabajados inicialmente como lienzos pegados a la pared. Y a pesar de su evidente hiperrealismo, no son obras sociales sino que guardan un simbolismo que no confunde con su ambigüedad.