Opinión Bolivia

  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
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Casona Santiváñez saca a relucir su serie de pintura colonial

Unas 50 piezas se exhiben en la muestra de arte sacro. Entre ellas sobresale el cuadro “Flagelación” de Melchor Pérez de Holguín. 

Vista de la exposición de arte sacro en la pinacoteca de la Casona Santiváñez. OPINIÓN
Vista de la exposición de arte sacro en la pinacoteca de la Casona Santiváñez. OPINIÓN
Casona Santiváñez saca a relucir su serie de pintura colonial

La Casona Santiváñez expone hasta el 30 de junio una muestra de arte sacro para la que ha reunido toda su colección de pintura colonial con cuadros de hace más de 300 años y que se exhiben junto a una serie de esculturas contemporáneas que retratan a santos y vírgenes. 

Las más de 50 piezas que conforman la exposición fueron donadas por la iglesia o particulares. Representan, como es típico de la pintura virreinal, momentos bíblicos, personajes de la Iglesia católica, imágenes de la virgen, el niño Jesús y la pasión de Cristo, entre varios otros motivos. Cada uno de los cuadros está acompañado de una extensa ficha técnica que ofrece más información sobre los santos pintados de su contexto en la historiografía del arte colonial y boliviano, en general. 

El visitante podrá notar que predominan los retratos de santos, otro de los motivos favoritos del barroco y neoclásico americano. Hay pinturas dedicadas a San Francisco Javier, San Nicolás, San Francisco de Paula, San Miguel, San Juan Evangelista, San Agustín y San Roque, por mencionar a algunos. Sobresale, por sus dimensiones que pasan los 200 centímetros, “El triunfo de los ángeles”; un cuadro alegórico que imagina la batalla del cielo y el infierno, con María, José y los arcángeles Miguel y Gabriel se enfrentan al demonio. 

HOLGUÍN Y EL BARROCO MESTIZO

Son mayoría las obras realizadas en el siglo XVIII, con algunas del XVII. Esta es una época de ruptura para la pintura virreinal, de acuerdo a los historiadores de arte Teresa Gisbert y José Mesa, quienes aseveraron en sus investigaciones que proliferaban el estilo barroco, recién llegado al continente americano. Esta corriente importada de Europa, pero hecha con manos indias y mestizas fue denominada como “barroco mestizo”, teniendo a Melchor Pérez de Holguín como uno de sus máximos exponentes. 

Del pintor Cochabambino, quien migró a una edad muy temprana a Potosí, donde realizó la mayor parte de su trabajo, la muestra cuenta con el cuadro “Flagelación”. En este cuadro, Pérez de Holguín pinta a un hombre condenado a crucifixión y que busca piedad y consuelo en María. La flagelación en la época de Cristo era un preámbulo legal a toda ejecución; todos los condenados a ser crucificados tenían que pasar por esta tortura, desde el lugar donde se dictaba su sentencia hasta el de su suplicio.

Holguín nació en Cochabamba en 1660 y murió en Potosí en 1732. La historiadora Gisbert dijo que “no conoce” ningún otro pintor en Charcas que tuvo la misma influencia de Holguín en sus contemporáneos y artista posteriores. Ganó una fama póstuma que lo llevó a ser conocido con el nombre de “brocha de oro”.