Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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Bolivia suma un nuevo Patrimonio de la Humanidad con la Fiesta Grande de Tarija

Se trata del sitio y/o tradición del país número 14 que es incluido en la lista de la Unesco. 
ONU declara la Fiesta de San Roque como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. UNESCO
ONU declara la Fiesta de San Roque como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. UNESCO
Bolivia suma un nuevo Patrimonio de la Humanidad con la Fiesta Grande de Tarija

Un comité de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (Unesco) ha declarado hoy a la Fiesta Grande de Tarija, que reverencia a San Roque, como Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad. 

La sesión se llevó a cabo este martes en París, donde un grupo de expertos de la institución reconoció a la centenaria tradición tarijeña con un "alto valor cultural, histórico y religioso". Se trata del sitio y/o tradición número 14 que es declarado como patrimonio (material e inmaterial) por la Unesco en Bolivia.

Cada año atrae a más de 50 mil personas, entre protagonistas y espectadores, y llena de emociones a plazas y calles que acogen a los “chunchos”, devotos que realizan un peregrinaje de iglesia en iglesia con el Santo Patrono.

Los más de mil 500 “chunchos” bailan durante el recorrido por los caminos tarijeños en agradecimiento a San Roque, disfrazados con blusas y faldas muy coloridas, con los rostros tapados con una tela transparente, cubriendo sus piernas con medias y portando en sus cabezas turbantes confeccionados con muchas plumas multicolores.

El golpeteo de unas maderas marca el ritmo de sus danzas y cantos, acompañados de músicos populares representados por cañeros, quenilleros y tamborileros, y la guía de alféreces, ceremonia que traspasa su propósito religioso y se convierte en un atractivo evento artístico y cultural.

Finaliza con el llamado “encierro” de la fiesta, cuando los promesantes y peregrinos “chunchos” y miles de devotos se despiden de su Santo Patrono con demostraciones de profundos sentimientos y el compromiso de cumplir la promesa el venidero año.

Al retornar a la iglesia de igual nombre, San Roque es puesto al pie de las escalinatas, con la mirada hacia el pueblo, que lo saluda agitando pañuelos blancos.