Alrededor de unos 100 centros culturales de todo el país han firmado un documento en el que se solicita al Gobierno, a través del Ministerio de Culturas, un “fondo de reactivación” para salvar al sector y garantizar, por al menos está gestión, su supervivencia.

Los fondos serían repartidos en dos categorías: una de 70 mil bolivianos y la otra de 40 mil, “de acuerdo a las características y trayectorias de los espacios culturales”.  Para hacer efectiva la entrega de este fondo a los espacios culturales autogestionados, la articulación nacional de espacios se comprometió a entregar una base de datos nacional actualizada de los mismos, entre los que se encuentran historial de producción, plan de aplicación del fondo asignado, entre otros.

“Hay muchos centros que pagan alquiler, están en un peligro muy fuerte de subsistencia, se está pidiendo una ayuda para los sectores culturales, con un reconocimiento de su función social, con el rol clave de reconstruir la relación con la gente. Si no lo hay, estoy casi seguro que el 40% de los espacios desaparecerá”, argumentó Fernando García, director del mARTadero y una de las personas que participó en la redacción del documento.

En la solicitud se explicita que el sector será uno de los últimos en poder restablecer sus actividades, ya sean eventos o de carácter formativo, de forma regular, fuente principal de ingreso y que se han visto, en su mayoría, suspendidas por la pandemia. Se inscriben en el pedido los espacios culturales autogestionados, que no perciben ningún tipo de apoyo o financiamiento permanente del Estado o de alguna cooperación extranjera.

Sugieren que el presupuesto destinado a actividades que el Ministerio de Culturas no podrá realizar por la pandemia se destinó a la reactivación de estos espacios, que deben acudir a cosas puntuales “como el PIU, Abaroa, sin tener instalado nada regular y establecido”.