El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, rompió ayer las relaciones diplomáticas y políticas con Colombia, y le dio 24 horas a sus representantes para salir de su país, luego de que soldados militares quemaran dos camiones con ayuda humanitaria que intentaban cruzar la frontera desde Colombia y dispararan balas de goma y gases contra los venezolanos que presionaban por el ingreso de alimentos, medicinas y otros insumos básicos.

“He pedido paciencia a Dios, al padre Libertador, a nuestro comandante Hugo Chávez, pero la paciencia se agota, no podemos seguir soportando que el territorio colombiano se preste para una agresión contra Venezuela. Por eso he decidido romper todas las relaciones políticas y diplomáticas con el gobierno fascista de Colombia. Todos sus embajadores y cónsules tienen 24 horas para salir”, declaró Nicolás Maduro durante una marcha en Caracas “en defensa de la revolución”. Una vez más, rechazó la ayuda y dijo que la iniciativa enmascara un intento de golpe de Estado de la oposición con el apoyo de Washington, Estados Unidos. “Estoy más duro que nunca, duro de pie, gobernando esta patria”, dijo Maduro ante miles de seguidores. “Soberano coñazo (puñetazo) le estamos metiendo al golpe, a la intervención gringa”, gritó. El canciller de Colombia, Carlos Holmes Trujillo, dijo que aunque Bogotá desconoce al gobierno del "usurpador" Maduro, se ordenó el regreso de los funcionarios consulares a la mayor brevedad, para precautelar sus vidas. Los camiones con toneladas de ayuda salieron de Cúcuta, pero, al llegar al puente fronterizo Simón Bolívar, los militares dispararon balas de goma y gases a los manifestantes que la iban a recoger. Según varias agencias, se contabilizaron 42 heridos, de los cuales 13 fueron traslados a centros de salud. El diputado opositor dijo que por la frontera con Brasil cruzaron dos camiones, pero no superaron la Aduana.