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  • Diario Digital | jueves, 28 de marzo de 2024
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"Cehacheí", el grito de guerra de los chilenos, retumba en el Morumbi

"Cehacheí", el grito de guerra de los chilenos, retumba en el Morumbi

El "cehacheí", el popular grito de guerra de la afición chilena, retumbaba con fuerza este lunes en los alrededores del estadio Morumbi, en Sao Paulo, antes del estreno de la Roja en la Copa América ante Japón.


"Chi chi chi, le le le, viva Chile", coreaban una y otra vez centenares de hinchas chilenos a medida que llegaban al estadio, todos ataviados con la camiseta roja.

Sin ser una afluencia masiva, como ocurrió en el Mundial de Brasil en 2014, los seguidores chilenos superaban ampliamente a los japoneses, que aparecían tímidamente con sus zamarras azules.

Y los pocos que daban la cara eran en su mayoría brasileños de origen japonés, algo que no sorprende si se tiene en cuenta que en Sao Paulo vive la mayor comunidad japonesa fuera de tierras niponas.

Una excepción son Arata Kodi y Fukiko Kokura, quienes viajaron desde Yokohama para la Copa América y dijeron que esperaban "ver por lo menos más banderas de Japón".

Aunque sabían que estarían en mayoría ante los chilenos, no esperaban una contienda tan desigual, por lo menos en las gradas.

Entre la marea de camisetas rojas resaltaba el sombrero, la chaqueta y la manta de un hombre vestido de huaso, el patrón de fundo de las antiguas haciendas de campesinos.

Daniel Valenzuela vino de Linares, una localidad del centro de Chile, para alentar a Chile como ya hizo en el Mundial de 2014, de magro acuerdo por la eliminación a manos de Brasil en octavos de final.

"Nos echaron rápido, espero que no pase ahora para seguir de fiesta", comenta mientras baile un pie de cueca, el baile tradicional chileno, entre vítores de sus compatriotas.

Vigilando todo lo que acontecía fuera del Morumbi destacaba una amplia presencia policial, un contingente incluso mayor al de la jornada de la apertura de la copa.

Los aficionados chilenos se lo tomaban con humor y comentaban que al parecer son una hinchada de alto riesgo. Y los policías quizás aún recuerdan lo que sucedió en el Maracaná en 2014, cuando un centenar de seguidores chilenos entraron a la fuerza en la sala de prensa y causaron destrozos.