Los tres policías que fueron tomados como rehenes por los mineros el pasado lunes son atendidos en el hospital del centro minero de Kami y requieren de una atención más especializada, toda vez que tienen golpes en la cabeza y en el cuerpo.

Fueron llevados por los mineros que esperan una respuesta favorable de las autoridades a sus demandas para permitir su traslado a otro nosocomio.

El médico del hospital María Auxiliadora, Roger Ayra, explicó que requieren de rayos X y una tomografía de la cabeza.

El policía Wilber Calatayud (35), el teniente José Chávez S. (36) y el cabo Hipólito López R. (29) se encuentran en una sala de internación con sueros, sedantes y analgésicos para evitar sentir los dolores tras la golpiza que recibieron.

“Su evolución es favorable pero tienen Traumatismo Encéfalo Craneano, además de policontusiones, heridas y laceraciones”, informó.

Los mineros entregaron una grabación donde uno de los heridos asegura que los disparos se produjeron por órdenes superiores.

Las muertes se produjeron en la parte alta del cerro, donde el grupo Delta se encontraba.

LA SITUACIÓN Mientras tanto, los cerca de 250 policías que lograron huir del enfrentamiento permanecen en la comunidad de Pongo. Duermen en el suelo, sobre unos colchones y cubriendo su cuerpo con lo que pueden. Algunos comunarios les prestaron frazadas pero no alcanzó para todos.

El comandante departamental de la Policía, coronel Alberto Suárez, también se encontraba en el lugar pero evitó cualquier contacto con la prensa.

Los policías molestos por esta situación reclamaron por el frío que deben pasar y la falta de alimento. Muy pocos llevaron el suficiente dinero para comprarse algo de comer.

“Tenemos hambre... y frío”, gritaban desde los vehículos donde buscaban acomodarse mientras esperaban alguna instrucción superior.