Cada vez que Colomi se convierte en escenario del conflicto, los pobladores del lugar acostumbran resguardarse en sus hogares, cerrar puertas, alejarse de las ventanas y esperar a que las piedras, gases y proyectiles no logren afectarlos. Samuel Vallejos Vargas, un mecánico de 28 años de edad, no logró atravesar con vida la zona de enfrentamientos.

Este comunario fue asesinado mientras intentaba llegar a su taller, ubicado a 20 metros del primer punto de bloqueo de la localidad.

Durante el velorio, entre lágrimas, gritos, indignación y súplicas, los familiares y vecinos de Samuel exigieron justicia para este hijo, hermano, padre y amigo.

La comunidad entera estuvo presente durante el velorio, sus pequeñas sobrinas vestidas de negro, con expresión de incredulidad y dolor en el rostro, su padre con un semblante de indignación pura y sus hermanos que apenas podían hablar, mirando el suelo y conteniendo el llanto.

Y es que la vida de Samuel era importante para aquellos que lo conocieron. La madre de su hijo, Dunia Magallán, estaba desolada y confundida por su muerte. Aseguró que él era un padre dedicado y amoroso con su único hijo, un pequeño de dos años y medio quien preguntaba por su papá durante el velorio.

El alegre rostro del pequeño guarda un gran parecido a Samuel, una expresión que ahora produce dolor y nostalgia a la familia, quien todavía no logró explicarle al pequeño lo ocurrido.