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  • Diario Digital | viernes, 29 de marzo de 2024
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Técnicos, vecinos, transportistas y activistas definirán destino del tren

Una comisión debe presentar hasta dos alternativas para el 10 de febrero. Si continúan las objeciones, el nivel central asumirá decisiones, adelantó el titular de Obras Públicas.
Domingo García, gerente de Tunari, explica el nuevo trazo para línea amarilla del tren. DICO SOLÍS
Domingo García, gerente de Tunari, explica el nuevo trazo para línea amarilla del tren. DICO SOLÍS
Técnicos, vecinos, transportistas y activistas definirán destino del tren

Ante el rechazo a la octava propuesta de trazo para la línea amarilla del tren metropolitano, presentada ayer en un foro organizado por el Ministerio de Obras Públicas, el titular de esa cartera, Iván Arias, optó por incorporar a la mesa técnica interinstitucional a representantes de vecinos, transportistas y ambientalistas para que elaboren una o dos nuevas propuestas que deben estar listas para el 10 de febrero. 

Al ver la instransigencia manifestada por varios sectores, Arias abrió la posibilidad de rescindir contrato, pero hizo notar que eso tiene un costo para el Estado. Después, al cierre del evento, dijo que si no hay acuerdos, “el Gobierno tomará la determinación que el caso aconseje”.

Asumió el papel de moderador para que expertos, autoridades y representantes de distintos sectores dirigieran sus preguntas al gerente general de la Asociación Tunari (constructora), Domingo García, quien tuvo que sortear duros cuestionamientos. Todas sus explicaciones fueron rechazadas o refutadas.

“Hasta la fecha, solo gastamos (dinero) en presentar alternativas y todas son rechazadas. Nunca nos dijeron qué tipo de línea quieren. Hay gente que no quiere (el proyecto) y gente que quiere, pero no por donde está (diseñado)”, lamentó García y expresó su esperanza de que la octava propuesta fuera aceptada al ser producto del trabajo de un equipo técnico interinstitucional; sin embargo, antes de concluir la presentación comenzaron a surgir las críticas por la afectación a áreas verdes y tramos de vía, incluso a un baño público.

Al respecto, Arias cuestionó: “¿Cómo es posible que sigamos discutiendo el diseño de la línea amarilla, cuando eso debió estar listo antes de firmar contrato?”. Durante el foro, varios participantes manifestaron que fue un proyecto “político” del Gobierno del Movimiento Al Socialismo (MAS), pues Cochabamba nunca lo pidió. 

El Ministro hizo notar la ausencia de la gobernadora de Cochabamba, Esther Soria (MAS), a quien dijo que invitaron sin obtener respuesta.

Sobre la línea amarilla, comprometió un visita de campo junto a la comisión para ver el impacto real de las obras.

VERDE Y ROJA Por la mañana, las mesas de trabajo de las líneas verde y roja también hicieron observaciones. Se firmó un Acta de Responsabilidad Compartida (ARCO) para cada una, al igual que para la amarilla, y también se hará inspecciones a esos tramos junto a vecinos y otros representantes porque hubo observaciones a sitios donde el agua se acumula y a otros donde el peso de la estructura incide en el terreno.

Arias destacó que uno de los inconvenientes fue hablar de un tren, cuando se trata de un tranvía. Esa sería una de las razones por las que la gente rechaza la idea, pues cree que es un tren rápido cuando más bien se trata de un tranvía que no va a más de 40 kilómetros por hora.

ADJUDICACIÓN Al inicio del evento, el Gobierno cuestionó severamente que el contrato se haya firmado en 18 días considerando una inversión cercana a los 500 millones de dólares, también dijo que se pudo tener una mejor propuesta técnica con menor presupuesto.

Arias dijo que se inició una auditoría técnica a la calidad de la obra y que está en curso una financiera. “Vamos a identificar a los responsables de lo que se hizo”.

Al respecto, García dijo que “cuentan verdades a medias” pues no dicen que JOCA y Molinari, que forman la Asociación Accidental Tunari, llegaron al país en 2015 y desde entonces estuvieron trabajando en el proyecto, que se adjudicó el año 2017.

Sobre el costo, dijo que tampoco cuentan que el Gobierno definió un precio referencial de 560 millones de dólares sacando un promedio de las 15 a 20 propuestas presentadas en 2015 por otras empresas. La oferta de Tunari fue de 504 millones. 

Datos oficiales señalan que la inversión es de 447 millones de dólares y la obra debería estar concluída en agosto.

Nuevo trazo altera áreas verdes y calzada

La octava propuesta de trazo de la línea amarilla del tren, elaborada por un equipo técnico de la Alcaldía, la Gobernación, el Consejo Kanata, la Unidad Técnica de Ferrocarriles y la Asociación Tunari, fija que todo el recorrido sea por vía terrestre excepto en los puntos donde hay puentes o distribuidores, en ese caso iría por el subsuelo.

Antes de que el gerente de la Asociación Tunari terminara de presentar la propuesta, representantes vecinales y del transporte expresaron sus críticas.

Entre los cuestionamientos está la afectación de áreas verdes y tramos de vía. El arquitecto Jhonny Antezana señaló que se desconoce qué superficie se afectará en ambos casos.

Señaló que parte del Parque Vial será afectada porque se prevé instalar una parada que retringirá, además, el uso de vía. Y en el puente de Cala Cala, habría una “ruptura morfológica” porque se “partirían” las áreas verdes.

En el tramo del Jardín Botánico, dijo, se afectaría a los árboles pues la barra que conecta la electricidad al tren tendrá, al menos, nueve metros de alto y requerirá que se mutilen las copas o las ramas altas.

En esa misma zona se prevé que solo haya una vía de salida y una ruta de calzada, algo que los vecinos rechazan porque hará que el tráfico se congestione en horas pico.

En el Club de Tenis también habría conflicto pues se pretende que el tren comparta el paso a desnivel con los vehículos, pero no toma en cuenta que la franja de seguridad restará un carril para el tráfico vehicular, algo que la Alcaldía quiere evitar.