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  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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EN 2015 ERAN 46, AHORA HAY OTRAS QUE TRAMITAN AUTORIZACIONES

Suman a 49 las cooperativas que extraen los minerales en la Llajta

El 57% de las asociaciones sacan minerales no metálicos como el yeso, caliza y arena. Hay otros municipios que explotan plata, estaño, zinc, plomo, además de oro. 

Suman a 49 las cooperativas que extraen los minerales en la Llajta

En el departamento, hay 49 cooperativas, de las cuales 28 se dedican a la extracción de minerales no metálicos, es decir, yeso, arena y caliza. En tanto, 21 explotan estaño, plata, plomo, zinc, cobre, oro y wolfram, informó a OPINIÓN, Valerio Córdova Tumiri, secretario de Minería de la Gobernación de Cochabamba. 

De acuerdo con los datos oficiales, respecto a la explotación de minerales no metálicos, el 85% de las cooperativas legalmente establecidas se encuentran en la zona andina. De esas, 12 están en Tapacarí, seis en Sicaya, seis en Arque y una en Ayopaya. También hay en otras regiones, una en Santivañez, otra en Sipe Sipe, además de Anzaldo.

Respecto a las cooperativas que sacan metálicos, Mizque, Arque y Cocapata tienen plomo, plata y zinc, además de estaño y cobre.

Cocapata y Morochata son los únicos municipios del departamento que aún explotan oro.

Córdova manifestó que Cochabamba, mayormente, explota yeso y cal, en casi todos los municipios. Apuntó que hay 102 comercializadores de yeso debidamente inscritas en esa dependencia del ente departamental. 

Acotó que alistan un cronograma de inspecciones para verificar que las comercializadores cumplan con la normativa, entre ellas, el correcto manejo del formulario 101 y la aplicación de la Ley 535 de Minería y Metalurgia , además del Decreto Departamental 442 y la Ley 103 que rige también en Cochabamba. 

Añadió que verificarán el funcionamiento de las cooperativas. “Haremos un seguimiento de control y fiscalización, además de asesorarlos en los aspectos técnicos”. 

Las cooperativas mineras, en su mayoría, continúan trabajando artesanalmente. Para la producción de yeso el combustible más usado es la leña, aunque Cordova indicó que al menos el 50% ya pasó a un sistema de gas. 

Aunque el departamento sea uno de los que tiene más áreas de explotación de yeso y cal, el secretario de Minería, explicó que las ganancias en este rubro son sumamente bajas.

Ejemplificó que la tonelada de la piedra de yeso se comercializaba en 130 bolivianos en 2018, pero después bajó entre 30 y 50 bolivianos, es decir, se comercializaba hasta en 80 bolivianos.

Explicó que cargan un camión, con capacidad de aproximadamente  25 toneladas, y suelen pagarles 1.000 bolivianos. Cuando hacen ese trato no pesan el mineral y el volquetero suele ganar la diferencia.

En 2018, el entonces secretario de Minería, Óscar Guzmán, indicó que el Servicio Nacional de Registro y Control de la Comercialización de Minerales y Metales (Senarecom) definió el costo de la tonelada en 160 bolivianos, por un plazo de 90 días, después de un conflicto entre los productores de la materia prima y transportistas.

Las familias que se dedican a la extracción de piedra de yeso tienen que suspender su actividad por algunos meses debido a las condiciones climáticas, que evitan el tránsito de los vehículos por algunas vías, principalmente, de la zona andina. 

Córdova indicó que entre cinco a seis meses dejan de trabajar por la época de lluvias. 

LA PRODUCCIÓN DE YESO De acuerdo con El Hornero, una revista para productores artesanales de ladrillo y peso, en su segunda edición en 2014, encontraron en Cochabamba 113 productores de yeso y algunos tenían dos o más hornos. Sumando al menos unos 180 hornos en Sipe Sipe, Sicaya y Colcapirhua. 

En La Paz hallaron 438 personas que se dedicaban a ese rubro, con una similar cantidad de hornos. En tanto, en Tarija eran 193 afiliados a una organización y, en ese entonces, usaban al menos dos hornos por cada productor. 

En Chuquisaca habían ocho productores con 38 hornos, pero en Pando, Beni, Santa Cruz y Oruro no encontraron productores ni hornos en el rubro de yeso artesanal.

Una de las cosas en común que evidenciaron fue el horno en forma de volcán cilíndrico y en algunos casos cúbicos, ambos abiertos en la parte superior por donde salen los gases después de cocinar el yeso. Combos, palas y cinceles, además de trituradoras y tolvas usan los productores de yeso.

Sobre el rendimiento, ese documento, indica que Cochabamba es el que más produce en el país. Se dice que anualmente alcanza hasta 201.900 toneladas, seguido de La Paz con 163.800. 

Tarija con 156.500 toneladas y Chuquisaca con unos 47.700. 

VENTA En Cochabamba, el yeso se comercializa en el área urbana del departamento, además del Valle Alto y Bajo, y la región del Trópico, de acuerdo con datos del Hornero, una revista especializada en el rubro. 

En La paz se vende más en El Alto e incluso se lleva hasta los Yungas y Beni. La producción de Chuquisaca además de comercializarse en ese departamento, llega a Potosí y al norte de Tarija. 

Algunos productores implementan nuevos mecanismos de producción, en la comunidad de Montenegro, en Suticollo (Sipe Sipe) realizan la quema usando un ventilador para cocer la piedra.

Se enciende la leña y luego el ventilador que se caracteriza por su buena potencia que permite que el calor llegue hasta la parte alta del horno y la piedra pueda coser en menos tiempo. 

Normalmente la piedra cocía en 24 horas, pero con el uso del ventilador se reduce hasta 10 horas.

La importancia de gestionar sistema de gas y energía trifásica, la implementación de máquinas y hornos más eficientes para mejorar la producción, la regulación del precio de la materia prima y del producto final en la venta, la mejora de los créditos que ofrecen las entidades financieras para que el rubro pueda acceder a una nueva tecnología, la aclaración y definición de la ubicación de las unidades productivas son algunas de las demandas constantes de los productores yeseros en Cochabamba. Su intención es mejorar la producción de yeso, reducir el esfuerzo laboral y mejorar la calidad del producto y los ingresos económicos de los afiliados al rubro.