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  • Diario Digital | miércoles, 24 de abril de 2024
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SEDES Y SIRMES HACEN EVALUACIONES MÉDICAS

Gobierno y profesionales en salud ven cuarentena estricta como única forma de frenar casos COVID-19

La explosión de contagios obliga a los médicos a trabajar 12 horas diarias seguidas, van mermando los equipos de bioseguridad y suman las bajas entre el personal de salud. El Sirmes afirma que fracasó la flexibilización y los casos podrían llegar a 5.000 hasta fin de mes.

 

Gobierno y profesionales en salud ven cuarentena estricta como única forma de frenar casos COVID-19

El retorno a la cuarentena estricta es la única opción para controlar la propagación de casos COVID-19 en Cochabamba, ante la indisciplina de la población que no respeta las recomendaciones de distancia social y otras medidas sanitarias, coincidieron ayer por separado el delegado presidencial Óscar Mercado; el representante del Sindicato de Ramas Médicas de Salud Pública (Sirmes), Carlos Nava; y médicos de los hospitales Solomon Klein y Viedma.

Para hoy está prevista una reunión del Centro de Operaciones de Emergencia (COE) municipal donde se analizará la situación, anunció ayer el alcalde José María Leyes.

El Servicio Departamental de Salud (SEDES) reportó ayer 186 casos nuevos, el pico diario más alto hasta la fecha. El responsable de Epidemiología de esa entidad, Rubén Castillo, dijo que las proyecciones señalan que el departamento puede llegar a tener 300 casos diarios debido al comportamiento de la población e incluso podrían superarse. Por esa razón analizan recomendar el retorno a las restricciones.

Cercado (62), Sacaba (29) y Quillacollo (23) son los municipios del eje metropolitano que concentraban la mayor cantidad de casos, según el reporte de ayer.

“DESCONTROL CIUDADANO” Mercado señaló que la situación de Cochabamba es crítica ante la saturación del laboratorio de referencia para hacer pruebas, la falta de un centro de aislamiento y la indisciplina casi generalizada de la población.

En los operativos realizados el fin de semana, con las fuerzas de seguridad, para hacer respetar los horarios fijados en la cuarentena flexibilizada, se verificó que la zona sur es la de mayor descontrol ciudadano.

“Es fundamental guardar orden, disciplina, conciencia. Cuidarse uno para cuidar a su comunidad. No debemos esperar el uso de la fuerza, tiene que ser conciencial. De seguir en esta lógica, no van a ser suficientes las camas, ni las unidades de terapia intensiva, ni ninguna disposición si no hay conciencia individual y actitud colectiva en resguardo de la vida. (…) No descarto la posibilidad de que, si no tenemos condiciones mínimas, consideremos de nuevo endurecer la cuarentena”.

Desde el Sirmes piden volver a la cuarentena estricta, tomando en cuenta el fracaso de la flexibilización en Cochabamba. Nava advirtió que el contagio ingresa en la fase de explosión exponencial de casos, que tendrá su punto de inflexión a principios de julio y continuará hasta agosto, según los cuadros de la Sociedad Boliviana de Salud Pública y Alcides Franco.

“La cuarentena dinámica ha fracasado porque no cumplen las normas y los protocolos. Hay una falta de desarrollo del plan operativo de emergencia por parte de la Gobernación y los municipios. Tememos que no se logre bajar la curva al no haber capacidad técnica y solo pensar en velar por los intereses partidarios, tampoco es viable realizar el proceso electoral”, sostuvo.

Las proyecciones que expuso sobre el comportamiento del virus señalan que hasta fin de mes los contagios pueden llegar a 5.000, cifra que puede ser mayor si continúa la flexibilización.

COLAPSO Uno de los centros centinela de Cochabamba, el hospital Solomon Klein, trabajaba al 40% de su capacidad durante la cuarentena rígida, con la flexibilización ahora trabaja casi al 90% de su capacidad, informó ayer su director Grover León.

El hospital colapsó tanto en terapia intensiva como en internaciones y esto genera repercusiones en cadena.

Hay solo seis camas de terapia intensiva y todas están ocupadas. Esa saturación también afecta al personal de salud, pues solo dos intensivistas están a cargo de todos los pacientes y cada uno debe trabajar 12 horas diarias continuas, enfundado en los sofocantes trajes de bioseguridad.

La explosión de casos hace que el equipo de protección personal para la atención de enfermos vaya mermando y el personal se ve obligado a usar incluso material defectuoso, exponiendo su salud.

León dio positivo a COVID-19 y permanece internado, dijo que ya está recuperado y aguarda los resultados de su prueba para que le den el alta médica.

Llamó a la población a asumir una actitud responsable para no hacer aún más crítica la situación con un mayor incremento de contagios.

Por su parte, un especialista del hospital Viedma que pidió guardar su nombre en reserva, alertó que además de que empieza a hacerse evidente la escasez de equipos de bioseguridad, también empiezan a escasear los medicamentos y el oxígeno porque no están disponibles en el mercado.

Si bien en el hospital Viedma aún hay abastecimiento, el sector privado ya colapsó y eso repercutirá en los hospitales COVID-19 con un mayor incremento de casos.

Sobre el retorno a la cuarentena, dijo que es complejo decidir porque las necesidades económicas de la población son muy fuertes, pero desde el punto de vista médico no hay otra opción ante la explosión de casos.

“Este es el resultado de la flexibilización de hace dos semanas”.

La cuarentena “dinámica” y “condicionada” fue aprobada por el Gobierno y entró en vigor el 1 de junio, permitiendo la circulación de 05:00 a 18:00. La norma señalaba que los municipios debían tomar acciones a partir del Índice de Riego Municipal, que emite el Ministerio de Salud semanalmente. Según ese documento, Cercado y al menos otros 14 municipios estaban en riesgo alto de contagio, pese a eso se autorizó la flexibilización con salida de transporte público y comerciantes a las calles.