Un equipo especializado del Servicio Departamental de Salud (SEDES) acude, a partir de hoy, a los distintos penales de la ciudad para realizar pruebas COVID-19 a los reclusos que se consideren como "altamente sospechosos", según los contactos y la cadena de contagios, informó el jefe de Vigilancia Epidemiológica, Rubén Castillo.

La medida se produce en respuesta a dos días seguidos de protestas protagonizadas por los privados de libertad, que exigieron la mejora en la atención médica y celeridad en sus audiencias judiciales para el descongestionamiento carcelario.

Asimismo, se indagará sobre las causas de las muertes que denunciaron los privados de libertad que, según denunciaron, la causa sería coronavirus.

"Se va a hacer la investigación por laboratorio extendiendo a toda la población afectada. Pero, no es a toda la población que se encuentra allá. La investigación epidemiológica nos dice que las pruebas son a los pacientes 'altamente sospechosos' y contactos se le va a hacer la investigación. No es para toda la población carcelaria", explicó.

Castillo se refirió también a los brotes de coronavirus en el asilo San José y psiquiátrico San Juan de Dios e informó que los mismos están controlados ya que, de la misma forma, se envió a personal del SEDES para realizar los respectivos controles y exámenes a las personas que habitan dichos centros.