La parroquia del Señor de Santa Vera Cruz de Cochabamba cierra sus puertas a más de 40 mil feligreses que los primeros días de mayo concurrirían hasta allá para pedir y agradecer por la fertilidad.

El párroco de ese establecimiento religioso, Fernando Alvarado, remitió un comunicado que confirma que hay casos positivos de coronavirus en el entorno de la comunidad parroquial. “Hemos cancelado la fiesta de este año por el tema de la pandemia y por responsabilidad con la salud pública”.

Acotó que son “situaciones complicadas con temas de salud” y no quieren ser un “foco de infección”.

Dicha festividad estaba programada a partir del lunes 3 de mayo. Sin embargo, desde la semana pasada ya había gente que estaba concurriendo a ese punto ubicado hacia el sur de Cochabamba para participar de las misas que se estaban desarrollando con normalidad.

Alvarado aseveró que suspendieron “todos los servicios” y determinaron que la parroquia permanezca cerrada “hasta nuevo aviso”. Estimó que será al menos 21 días.

ANTECEDENTES

Alvarado dijo que este es el segundo año consecutivo que la fiesta Santa Vera Cruz Tatala se posterga. La gestión pasada se debió al brote del virus y este 2021 es por la tercera ola.

Según estimaciones, entre 40 mil y 60 mil personas no podrán ser parte de la festividad. Las pérdidas económicas para la parroquia también son importantes.

“Se ha paralizado todo, ya no hay movimiento”, aseguró Alvarado y agregó que están “con casi nada (de recursos económicos)”.

ACTIVIDADES

Pidieron a las personas que sean partícipes de la celebración principal, el 3 de mayo, de manera virtual.

Se prevé una transmisión a través de Facebook, en la página oficial de la Parroquia Santa Vera Cruz “Tatala”.

Ariel C. Guarayo Morales

Pedagogo, comunicador social e investigador sociocultural.

En la concepción andina no se pueden entender las diferentes festividades, si no se ligan al ciclo productivo agrícola (Pachamama). Esta fiesta está íntimamente relacionada al agradecimiento de las cosechas, es decir, la esencia de la fiesta es AGRADECER, por la fertilidad, inicialmente significada en la producción de la tierra, pero también trasciende a lo humano, a lo vegetal y animal. En suma, es la fiesta de la fertilidad de la vida. 

En la fiesta, se practican diferentes ritos, entre ellos acentúan la quema de bosta, encendido de velas, las wawas y las coplas, pero, el símbolo que predomina es la imagen del “Tatala”, las demás convergen alrededor de ella. 

Entonces, en esa complejidad simbólica de los diferentes rituales ¿cuál es la función de las coplas? Las coplas tienen su ciclo, tiempo y se interpretan según la fiesta y época. No son las mismas en Todos Santos, Carnaval ni Santa Vela Cruz. Es esta última, en particular, las coplas visibilizan a la mujer con su característica voz aguda, falsete o q’iwa (afeminado). El protagonismo lo tiene la mujer, ella canta, dialoga, juega y ríe con el “Tatala”. No obstante, se complementa con el hombre porque es quien acompaña con el acordeón o charango. La copla se constituye también en un tipo de discurso: hay coplas para pedir dote al “Tatita”, producción y ganadería, el amor y el sexo, finalmente, el deseo y la sátira; el juego y la risa; el lenguaje metafórico y el doble sentido (alegría) siempre están presentes. En conclusión, las coplas son parte y construyen la identidad valluna qhochala. La festividad del “Tatala” es una fiesta quechua, se canta/coplea en quechua y vive en la memoria oral popular colectiva y se recrea al mismo tiempo. El contexto de la COVID-19 no puede acallarnos, enmudecernos ni silenciar nuestro canto, nuestras coplas, menos nuestra cultura.