Opinión Bolivia

  • Diario Digital | sábado, 20 de abril de 2024
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ES ORIUNDO DE BÉRGAMO, ITALIA.

Sacerdote italiano que vivió en Cochabamba vence al coronavirus y cuenta lo vivido

El padre Sergio Gamberoni, exrector del Seminario Diocesano “San Luis” en Cochabamba, muestra su preocupación por Bolivia.
El padre fue rector del Seminario Diocesano “San Luis” en Cochabamba. CORTESÍA S. GAMBERONI
El padre fue rector del Seminario Diocesano “San Luis” en Cochabamba. CORTESÍA S. GAMBERONI
Sacerdote italiano que vivió en Cochabamba vence al coronavirus y cuenta lo vivido

Habían pasado ocho años desde su ordenación sacerdotal cuando decidió viajar a Bolivia para ejercer su vida pastoral a más de 10 mil kilómetros de su ciudad natal, Bérgamo, en Italia, en 2007. Durante más de una década estuvo vinculado a la formación y orientación espiritual de jóvenes y seminaristas religiosos. La última temporada, antes del retorno a su país, en 2019, estuvo a cargo de la rectoría del Seminario Diocesano “San Luis” de Cochabamba. 

De carácter afable y sin escatimar una sonrisa ante sus feligreses o seminaristas, el padre Sergio Gamberoni sembró durante su estadía en Bolivia vínculos de amistad y de gratitud, que hoy se ven reflejados en varias muestras de preocupación por la salud del sacerdote, quien es uno de los sobrevivientes del coronavirus en Italia.

Desde su retorno a Bérgamo, su vocación estuvo orientada a ayudar a migrantes que viven en esa localidad. A finales de febrero, él, junto a gran parte de su comunidad parroquial, comenzó a padecer fiebre y otros síntomas de una gripe, que los dejó postrados en cama durante dos semanas. No fueron sometidos a pruebas de detección de coronavirus, ya que, por esos días, el virus recién aterrizaba a ese país para quedarse y causar estragos, a una velocidad exponencial.

En ese momento, los trataron como portadores de una gripe común. Los encargados de salud todavía no soñaban a lo que se estaban enfrentado. Ahora, Gamberoni está seguro y también los médicos de la zona, que se encuentra entre el 80% de los enfermos que vence al coronavirus sin necesidad de internación médica. Los días de fiebre alta y dolor ya pasaron, no obstante, la convalecencia continúa. La fe de que todo pronto pasará lo anima a compartir su experiencia con los bolivianos que viven en la tierra que lo acogió durante 12 años.

“Estoy en una de las regiones más afectadas de mi país. La situación es extremadamente seria. Estoy bien de salud. Me enfermé y sané, como muchos aquí. Como todo el mundo, siento que estamos viviendo una gran prueba y espero dar lo mejor de mí mismo. A veces me angustio, otras veces nos damos fuerzas entre todos. Como sacerdotes podemos hacer muy poco al no poder reunir a la comunidad, al no poder encontrar a las personas, ni en hospitales ni en casas, ni en el templo”, con esas palabras comienza su emotivo relato, que fue compartido a la comunidad católica por el portal Infodecom.

Y, Gamberoni no se equivoca, Bérgamo se ha constituido en el epicentro de la provincia de Italia más afectada por el coronavirus, Lombardía, los casos positivos rondan se acercan a los 5.000 y los decesos suman casi un millar; los cementerios han colapsado e incluso tienen que llevar a sus muertos a otras localidades cercanas para su cremación. De la noche a la mañana, los periódicos del lugar aumentaron sus ediciones que se ven colmados de obituarios de los familiares que expresan su dolor por esa vía, debido a que ni siquiera pudieron ir a dar el último adiós a sus seres queridos, que partieron en soledad y angustia. 

Después de enterarse del arribo del virus a Bolivia de la mano de dos bolivianas que llegaron de España, hace dos semanas, el sacerdote italiano muestra su preocupación y recalca la importancia de evitar el colapso sanitario en el país.

“Las personas que no están en el grupo de riesgo de contraer con mayor facilidad esta enfermedad deben ayudar a cumplir las medidas preventivas. Los ancianos se enferman cuatro o cinco veces más que lo normal, como sucedió aquí. Los hospitales se llenan y el riesgo es que el sistema de salud entre en serias dificultades”, dice, como anticipando lo que podría suceder en Bolivia, en pocas semanas.

Gamberoni también quiso desvirtuar la estigmatización de los pacientes positivos: “Puede que se genere miedo y hasta hostilidad hacia los enfermos, como si fuesen culpables de algo. A los que se enferman, en una casa, una empresa o un pueblo, hay que ayudarles y ayudarnos entre nosotros también con las precauciones necesarias para que otros no se contagien”.

Al concluir su relato, Gamberoni exhorta a los bolivianos a que respeten las medidas asumidas por las autoridades en Bolivia, en un intento por frenar el avance del COVID-19 que prácticamente tiene paralizado al mundo entero.

“¡Protejamos a los ancianos y enfermos como lo más precioso que tenemos! ¡Son nuestros padres y abuelos! Nos han dado la vida. Y si por ellos hay que aprender a vivir diferente, ir de compras o movernos de otra manera, encontrarnos menos por un tiempo, y hasta a rezar de otra forma (cada uno en su casa), es tiempo para hacerlo. ¡Listos! ¡Firmes ya!, no por miedo, ni por obligación… sino por amor”.