Opinión Bolivia

  • Diario Digital | jueves, 25 de abril de 2024
  • Actualizado 00:06

El ritmo y el color vuelven a la Llajta en la “nueva normalidad”

El evento fue una realidad, aun en pandemia. Aunque era obligatorio el barbijo y no beber, hubo cierto incumplimiento de las medidas.
Bailarinas de Caporales San Simón animan al público con su alegría y sonrisas. DICO SOLÍS
Bailarinas de Caporales San Simón animan al público con su alegría y sonrisas. DICO SOLÍS
El ritmo y el color vuelven a la Llajta en la “nueva normalidad”

Las reglas estaban enmarcadas en la “nueva normalidad”. De ahí que fue posible apreciar a danzarines con carnet anticovid y barbijos o mascarillas, haciendo juego con las coloridas y bordadas vestimentas.

Después de tres años, Cochabamba volvió a contar con su Corso de Corsos, la fiesta que puso fin a la época carnavalera del país y que significó el regreso del folclore a las calles con el baile del tinku, el sonido de los instrumentos autóctonos, los cascabeles de los caporales, y las pisadas sonoras del pujllay.

Más de 70 fraternidades han sido parte de la celebración, que comenzó a las 9:00 desde el Teleférico y culminó en la avenida Ramón Rivero, cerca del Cine Center.

Hubo tres agrupaciones que se ganaron la atención especial del público, sobre todo de los niños: la comparsa de la Empresa Municipal de Servicios de Aseo (EMSA), los activistas defensores de los animales, que desfilaron con una carroza de perro, y, por último, los dinosaurios disfrazados de Dinoland Park. Los bailarines de EMSA usaron trajes reciclados.

La alegría y el color volvieron con el Corso, aunque hubo cierto descuido con el barbijo y también consumieron alcohol.

No obstante, desde la Alcaldía, el balance fue positivo. La secretaria de Desarrollo Productivo, Turismo y Cultura, Mariela Jiménez, expresó que se acataron las medidas. Destacó que el Corso favorecerá a la reactivación económica.