La alcaldesa de Quillacollo, Angelina Zeballos, y el alcalde de Colcapirhua, Mario Severich, firmaron un convenio con el Comando del Ejército de Bolivia para usar el botadero de Cotapachi por dos año más. 

La nueva adenda exige que los municipios hagan efectiva la Ley 755, que establece el cierre técnico y definitivo de los botaderos a cielo abierto, que consisten en terrenos donde se deposita la basura sin hacer ninguna selección previa y solo se tapa con tierra. Sin embargo, ahora el botadero tendrá que convertirse en relleno sanitario, que exige un tratamiento previo a los desechos para aminorar el impacto de la contaminación. 

“Es algo bueno para el municipio porque va a ser dos años de vigencia. El Ministerio de Defensa y sus técnicos están trabajando, nos han ayudado para velar la salud de la población”, dijo la alcaldesa de Quillacollo, Angelina Zeballos.  El municipio destinará dos millones de bolivianos de su Plan Operativo Anual 2021 para realizar los trabajos requeridos. "No serán suficientes, pero tenemos que trabajar en gestionar mayores recursos, tanto para el cierre técnico, como para la construcción del relleno sanitario", indicó la secretaria técnica de Quillacollo, María Eugenia Quispe. 

Además, la encargada señaló que el municipio de Cochabamba no es parte de este nuevo acuerdo y que no permitirán que ingrese su basura debido a la falta de espacio en Cotapachi. 

"No hemos permitido que entre a nuestro botadero porque el municipio no tiene la capacidad de recibir otra basura que no sea la nuestra", añadió Quipe. 

El botadero de Cotapachi tiene una dimensión de siete hectáreas y recibe alrededor de 150 toneladas de basura por día.